Y llegó el dia de la
media maratón de la provincia de Bueno
Aire, distancia larga si las hay. En otro momento 21 k lo hubiese hecho al
trotecito, casi que sin despeinarme.
Justo en la carrera que el año pasado había tenia una de mis
peores performances personales.
Pero vengo sin entrenamiento, fuera de ritmo, enfocado en la
recuperación del brazo. Y por suerte va todo bien y solo queda una sesión de
kinesiología. Y no solo que no me he vuelto a caer, a dios gracias, sino que no
he tenido dolor y es lo mas importante que todo. Que la recuperación sea
excelente. Y sí, no he podido volver a mi vida normal todavía. Porque la
kinesiología me quita tiempo para correr, igual me las rebusqué. Cómo?
Entrenando un poco después delas sesiones y fuerte los fines de semana. Que después del tratamiento me iba a dar una
vuelta al Parque Sarmiento. No mucho pero sumé kilómetros.
Hay que sumarle, que la semana anterior, había tenido resfrió
fuerte que impidió que pudiera salir a correr por varios días. Llovía y estaba
fresco. Todo confabulado en mi contra, pero ya estaba anotado en la carrera y
había qua afrontar la carrera, porque por sobre todas las cosas, tenía muchas
ganas de correr, de última sería un entrenamiento-carrera. Tenía la actitud, me
sentía con ganas de correr y por obre todo, veía terminando la carrera. Sabia
de antemano que no estaba para una carrera larga. Que hace 15 dias había
corrido la Carrera Maya 10k y me había costado. Imaginate que si me costó terminar una carrera de 10k, la carrera de 21k,
costo mucho mas. Estaba quizás para uno 15k. de ultima si no puedo mas, camino,
me decía. La verdad que correr esa distancia, mi distancia preferida, porque no
me genera un esfuerzo extremo como el de una maratón. Hay que estar preparado,
no se subestima. ninguna distancia.
Recordemos que esa distancia, sacando la maratón, no la corría desde agosto
del año anterior.
Pero para esa distancia se necesita un entrenamiento previo.
Y el mio fue poco, poquísimo ahí es cuando las ganas, el corazón, le ganan al
entrenamiento. Cuando estas entrenado y tenés ganas es el estado ideal. Cuando
no estés entrenado y tenés ganas, tenés que saber hasta dónde podés dar. Y hay
que tener cuidado, porque quizás te mandás y si no sos consiente de tus
limitaciones, te podes hacer daño. Ponele que estas entrenado y te faltan
ganas, el resultado va a ser mediocre. Por eso cuando las ganas y el
entrenamiento confluyen es cuando rendís en forma superior. Estás motivado te
sentís como nunca.
Al ir a buscar el kit de la carrera, el dia anterior, me
anime a ir en bici. Y si digo que me animé a ir en bici, es que por temor a que
el brazo no aguatara, o se me vaya la muñeca eran mis temores. Como si nunca la
hubiese usado. Claramente este año no voy a participar del Duatlon de este año.
Faltaba volver a andar en bici. Y volver a usarla es una buena noticias, como
todo este proceso de recuperación, los pequeños avances dia a dia. Por suerte el
brazo estaba estable y no sentí dolor. Y siempre es una buna noticia. Y valoro
todo esto, mas que antes quizás.
Y en el medio de todo esto, voy a contar las cosas que
cuento siempre, el clima, la temperatura, si hubo buena hidratación, el
recorrido, etc. Porque cuando voy escribiendo esto, voy recordando. Escribo siempre
de lo mismo, pero siempre de una manera distinta, porque las cosas que me
pasaron son siempre distintas. Y te vas acordando de los detalles, que a la
larga, los detalles hacen la diferencia
en todo. En los detalles está la vida, y es la esencia del todo. Varios
detalles pequeños que terminan siendo algo importante. Son cabos unidos encadenados
unos a otros que se entrelazan y siempre están conectados, que solo vamos descubriéndolos transitando ese
mismo camino
Y sí, te levantas antes que el despertado suene, por las
dudas de quedarte dormido. Es increíble, la carrera largaba a las 8am, misma hora de la
que salgo de casa todo los días a trabajar, como si largara todos los días una
carrera a la misma hora todos los días. Hacia frio, pero no el frio de esos que
duelen, era soportable. Era todavía de noche, una noche muy cerrada. Que fue
amaneciendo de a poco en el horizonte del rio. Inmejorable espectáculo, de esos
cuadros vivientes que tiene mi Buenos Aires querido.
Llegué, era de noche, fui al baño, como ritual, ritual que
todo corredor aficionado tiene, indispensable. Había muy poca gente a esa
altura todavía. Faltaba clima, de carrera todavía, creo que tenía mas que ver
que era de noche y hacia frio. Recorrí, caminé por allí, viendo los stands, las
carpas y veo que pasa por al lado mio Nico Cabré, actor argentino.
Dejo las cosas en el guardarropa, sin olvidarme las cosas
importantes, porta celular, auriculares,
chicles, indispensables, etc. Largada y antes tocan el himno y despliegan
la bandera Argentina. Con el hermoso amanecer de fondo. Largamos y la calle es
muy angosta, con lo cual la salida es muy lenta por esos lugares. En lo
primeros kilómetros me lo cruzo a un periodista conocido, Dani Arcucci. Le intenté seguir el ritmo, creo que fueron solo
2 pasos y el tipo puso segunda y no lo vi mas. En el kilómetro 3 se me desatan
lo cordones. Antes, no me hubiese preocupado, hoy, con lo que me pasó, freno y
me los ato enseguida, con la precaución que no me lleven por delante los que
vienen atrás.
Sentía que venía muy de atrás, muy lento pero caí en la
cuenta, en el kilómetro 5 veo el reloj de la largada y decía 31 minutos y la
verdad no estaba tan mal. Y quedaban por delante 16 kilómetros, 5K mas para
poner musiquita. Y cambiar el chicle.
Acostumbra de vuelta a las piernas a la
exigencia de una carrera larga, con
ritmo e intensidad sostenida. Iba escuchando lo que comentaban lo demás, prestando atención
al paisaje. Creo que voy a dejar de escuchar música en la carrera y la música
va a quedar para las los entrenamientos. Qué cantidad de personajes que hay. Cada uno
distinto. Los miro, observo e intento descubrir cual es su historia y no
encuentro nada. Nada mas que Runing Team
y personas que estan en la misma premisa de mejorar su calidad de vida.
Subimos el puentecito que es un rulo y no me costó subirlo y
no me sentía taaan cansado. Estaba bien, con pierna, regulando, sin exigirme,
guardando piernas para mas adelante. Empezaba la parte que es medio monótona,.
Casi al kilómetro 8 o 9 ya los punteros volvían, lo pude ver al que ganó Luis
molina, “el olímpico”. Verlo pasar cerca, a uno que es un normal, es una inspiración ves
la técnica y que cómo corren. También en ese pelotón pude reconocer a Belén
Urrutia, la zurda, ex jugadora de futbol, joven que se dedicó a correr y es una
de las mejores del país, junto con Rosa
Godoy, otra referente del atletismo argentino.
Llegamos al kilómetro 10, puesto de hidratación, el tan
esperado puesto. Ya lo venía pidiendo hace unos kilómetros, me arrepentí no haber tomado agua en el 5K, decisiones, que
le dicen, plan de carrera, o bien asi había corrido todas las medias maratones
anteriores, tomando agua a partir del 10K.
Y sí, el kilómetro 10 era en el Puerto de Olivos, donde están los
barcos. Allí, ese mismo lugar había sido mi refugio cuando estaba con el yeso e
inmovilizador. Imposible no atravesar ese tramo y acordarme de esos momentos.
Debo decir que la hidratación era escasa, cada vez llenan menos lo vasitos y Powerade,
nos dieron, también en ese kilómetro y en la llegada, poco, muy poco.
Solía pensar que mi carrera empezaba en el kilómetro 10, eso
cuando estaba bien entrenado, y costo llegar hasta allí, no sabía si tendría muchas
mas piernas para terminar. Que el próximo puesto llegaría en el kilómetro 15.
Que cambié el chicle y me puse mis auriculares nuevos, para que las energías
cambien, pero me resultan incómodos,
siento que se me caen , sin que se me caigan.se escucha bien, funcionaron
bárbaro, pero extraño mis anteriores, que no se caían. La música era para
distraerme de la carrera y pensar en otra cosa, y no en todo lo que falta. De
allí en mas empezó el momento en que dije, bueno va a ser un “entrenamiento en
carrera”. Porque me costaba sostener el ritmo, y las piernas escaseaban y me
fui quedando, mucho antes de lo pensado, aunque eso era lógico. Había que
aguantar hasta el final, como se pudiera. Mitad de carrera y algo mas y había
que aguantar.
La vuelta era todo por Avenida del Libertador, el retome fue
casi en la estación Libertador del Tren de la Costa. Y es una aparte peligrosa
porque están los autos que a esa hora
empieza a haber mucha cantidad de autos que van por esos lados, sobre todo si
es un dia casi de primavera como el que nos tocó. Por mas que esté cortado, uno
tiene miedo que un auto se pase para el lado, donde estamos corriendo y siendo
uno de los últimos, lo autos se exacerban cuando ver todo cortado. Pero bueno,
por un momento son dueño de esa calle, la carrera designo que pasemos por allí.
Y lo sé es molesto. Son calles demasiado concurridas para cortar, por mas que
sea de otoño. En verano seria imposible hacerla por allí.
Llega el puesto de hidratación del kilómetro 15 y uno me empieza a decir que vengo bien. Ya el
pelotón en el que vengo, somos conocido, como si todo fuésemos a la par, un
poco mas adelante que otro, pero casi que a la par y nos conocemos, por mas que
no hablemos. Faltaba mucho todavía, 6 kilómetros para terminar y no podía mas.
Pasas nuevamente por el arco de llegada y el reloj indicaba 2 horas clavadas, y
estaba en kilómetro 17, tan mal no venia,
por mas de que ya tenía ganas de caminar. Y cada vez iba mas lento. Media hora
mas corriendo 6 o 7 minutos por kilómetro pero el físico daba indicaciones de
mucho cansancio, ya era mas corazón y empuje, huevo, necesitaba apoyo, palabras
de aliento. La cabeza a esa altura era fundamental. Y yo seguía corriendo. Un
poco mas y un poco mas, me decía para mis adentros. Ya se acababa, aunque
faltaba. Ese tramo, ya con el sol pegando a pleno sobre el rio, daba un marco
de esplendor.
Y llegaron los kilómetros 18, 19 y 20 no podía aceleran para
hacer mi famoso sprint final, no me quedaban energías para levantar las piernas, pero sí tenía una
sonrisa, de poder correr y sobre todo disfrutar ese momento, ese milagroso momento
que correr y cruzar la tan ansiada meta
con la sonrisa, mezcla de felicidad y
esfuerzo.
Y lo logré, la
termine, casi que fue el mismo tiempo que
hice el año anterior, y eso que año anterior estaba entrenado. Tan mal
no fue y quede mas que complacido, satisfecho con el tiempo, orgulloso de lo
hecho.
Me gusta mucho correr, porque como dije, es lo único que hoy
me hace feliz. Nada ni nadie me ha generado nunca antes algo así. Hoy es mi
soledad al correr lo que me mantiene vivo.
Sabes que lo único que tenés hoy es correr y nada mas.
Y te tenés que hacer el apto físico. El apto que presentaste
está casi vencido, viegente obviamente, pero casi vencido
Faltaron pierna, faltó mucha resistencia, me caí físicamente
en la segunda mitad de la carrera. como
era lógico. La fuerza invertida en la
carrera fue proporcional a la de un maratón. Digo esto de proporcional por la
falta de entrenamiento. La fuerza que tenía era para 15 kilómetros bien,
después aguatar. El plan de carera era
simple y nuevo, revolucionario jajaja. Después tuve que quemar los papeles.
Había pensado dividir la carrera en 3 partes de7 kilómetros, y 7 por 3
veintiuno. Los primeros 7 arrancar fuerte y estabilizarme, los segundos 7 en
velocidad crucero, a ritmo sostenido y los últimos 7 dejándolo todo, yendo
rápido.
Mi premisa es esforzate, divertite y sonreí. Nunca te
olvides de divertirte, esto es solo una distracción a la vida que a veces es
tan nociva.
Todo es alegría hasta que miro la cicatriz y me acuerdo de
la ferretería que tengo en el brazo, porque quieras o no, lo tenés. Te diría que
estas 10 puntos, puede ser, pero tené cuidado porque te fracturaste. Muchas
veces me digo estoy bien, hasta que miro esa cicatriz y no es que me bajonee,
pero me acuerdo lo que me pasó, es un segundo que la vez y se te viene a la
cabeza todo, es un segundo que te frena. La verdad estoy pensado seriamente en
no volver a correr en montaña, no ir mas Tandil, ni otra carrera de aventura,
por el miedo a caerme otra vez y romperme algo. Pero la única manera de vencer
el miedo es enfrentarlo. El mejor remedio a veces es la misma enfermedad.
Quizás sea mejor especializarme en carrera de calle. Correr en Mendoza, Santa
Rosa, Rosario. Carreras asi, de calle. Sin dificultad, que aburrido suena esto.
Suena ir a lo fácil o quizás hacer solo maratones y carreras largas, es otra
posibilidad. Tomarlo todo mas tranquilo.
Es muy lindo ver como los de elite pasan, y sobre todo los
discapacitado que la verdad hacen un esfuerzo enorme y los ves en esas sillas y
siempre es emocionante verlos.
Te cuesta, estas cansado y aún así la disfrutas porque asi
agotado, esforszandote por llegar a la meta y faltando muy por terminar la
carrera. Sabes que es mejor estar allí y no durmiendo en tu casa recuperando el
brazo roto. Lo que era sufrimiento antes hoy se disfruta. Ya todo quedó atrás.
Terminar la carrera siempre es una buena noticia, porque sé muy bien lo que es no poder terminar una
carrera y sufrir o padecer la lesión.
Por eso, por mas que los tiempos no sean
los mejores, terminar la carrera es sumamente valorable. La satisfacción de
haberlo logrado otra vez es indescriptible.
Claramente no estoy para los 30k de autódromo, que son en 20
dias. Son 9 kilómetros mas, el esfuerzo que hice y en los 21k fue mucho. El
esfuerzo que hice fue similar a la de una maratón, tal como dije.
Es preferible entrenarse un poco mas, preparme de manera
paulatina como lo vengo haciendo y retomar los entrenamientos normales y no de
manera esporádica. Mi rutina. Mi vida.
Qué tiene de distinto la carrera? Si siempre es la misma distancia
y hasta incluso el recorrido es similar. Mi repuesta, es : “lo momentos”. Los
momentos que se corren son distintos siempre.
Uno nunca es en mismo que el año anterior.
Terminó la carrera y me fui para el lado del rio, no había
viento y el dia era espectacular y me tiré en el pasto un rato a contemplar el
marco y el cansancio y el esfuerzo a estar de una gran carrera. A repasar lo
que fue para mi una gran carrera. El dia acompañó sin dudas y haberlo podido
aprovechar de esa manera, corriendo y disfrutando al aire libre.. (hago un
suspiro) es sensacional.
Y me vi a mi mismo volviendo a casa con el objetivo cumplido
caminando despacio, con las manos en los bolsillos de la campera y con una
sonrisa llena de satisfacción. Estuvo buena.
Cuenta la leyenda que cuanto uno mas corre encuentra la
felicidad, pero la felicidad es poder correr.
And I saw myself returning home with the objective accomplished, walking slowly, with my hands in the pockets of my jacket and with a smile full of satisfaction. That was good.
Legend has it that the more one runs he finds happiness, but happiness is being able to run.
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