Muchas dudas y mucha incertidumbre acerca de los que
sucedería en la carrera. Lo primero que puedo decir es que no llegaba con mucho
ritmo a la carrera. La semana había sido difícil, como últimamente me tienen, no
había podido entrenar nada, lo último había sido el sábado anterior. Entrenado
estaba que era lo importante, lo que faltaba era algo de ritmo, un trabajito
liviano en la semana que no pude hacer, ya sea por la lluvia o por otros temas
no pude hacer. Era una carrera larga,
sabíamos que iba a ser complicada. Te gustan las carreras largas, te motivan,
son un desafío. EL punto a favor era que estábamos descansado, pero faltos de
ritmo. Uno es amateur y tiene responsabilidades, no tiene los tiempos de un
profesional. Sumado a que no ando en un buen momento anímico, te agarran las
dudas, llueve, llevar o no el celular, si se moja, se arruina, pero es una
carrera larga, me voy a aburrir, si me aburro me canso, si me canso rápido
abandono. Llueve, me voy a resbalar me voy a caer y me voy a romper algo.
Pero me adelanté vayamos primero al sábado. Segunda vez que
corro esa carrera, el año pasado me enamoré de Tandil y me prometí volver a conocer
esa hermosa ciudad. Es cierto, corrí a principio de año el Cruce de Tandilia. 2
dias estuve. Pero tampoco aquella vez pude recorrer mucho la ciudad, correr
mucho, recorrerla, poco. Luego pude confirmar que es la ciudad mas runner de
las que conocí. Ciudad que si no fuera por las carreras no hubiese conocido
nunca. Al igual como lo fueron Almafuerte (Córdoba), La Pampa, Mendoza, Mar del Plata y Tandil. Me
pongo a pensar y no puedo creer lo lugares que conocí gracias a las carreras,
ya lo dije, pero lo repito, no me gusta mucho viajar. Pero el viaje en sí es lo
que no me gusta, el traslado es lo que me molesta mucho, pero me encanta conocer
lugares nuevos y si la excusa es una carrera mejor todavía.
Llegue a Tandil esta vez para conocerla a fondo a la ciudad.
El sábado hice algunos movimientos de erogación para ir aclimatando los músculos
a la exigencia que se venía, y la tensión que tenía de la semana y del viaje.
Venía además con otro problema, un orzuelo, segundo orzuelo en menos de 15 dias
que me sale. Lo molestos que son, justo en el ojo bueno, recordemos que el ojo derecho
es donde menos aumento tengo y que el izquierdo siempre acompañó y es con el
que mas mes me cuesta enfocar. Leer con
el izquierdo, por ejemplo, no puedo directamente, por mas aumento que tenga.
Por eso el orzuelo no me permitiría tener una visión total. Y para la carrera
empeoró, parecía un boxeador. Como Rocky cuando dijo “córtame el párpado”, así estaba, con ese ojo a maltraer. Pero la confianza
para afrontar el compromiso lo tenia y me sentía bien. En Tandil se respira
otro aire, no sé cómo explicarlo, pero te llena de energía, como que no está
tan contaminado. Un bicho de ciudad como yo, ve una sierra y dice que es una
montaña. Tandil está rodeado de
montañas, que son energía pura y la
vista es inigualable.
Volviendo a la carrera, ya en domingo. Se llovió toda la
noche y gran parte de la mañana, sumado
a mi ojo que cada vez estaba en peor estado. Desayuné ensalada de fruta, café
con leche, yourt, y unas galletitas, siempre intento desayunar lo mismo los dias
de la carrea. En el desayunador del hotel había varios corredores también que se
preparaban para la carrera. Es como si
se oliera ya a carrera desde temprano. Los
nervios, las sensaciones son similares en todos nosotros. No lo ves, pero lo
notás. Muchos lo viven de manera diferente, pero las sensaciones siempre son
las mismas. La ansiedad previa es inigualable, querés que arranque lo antes
posible y demostrar lo que fuiste a buscar.
Como dije, mis dudas antes de empezar eran muchas y cada vez
eran mas a medida que la lluvia continuaba y la largada se acercaba. Por un
momento pensé en no correr, créanlo o no, se me pasó por la cabeza, no largar
al ver que la lluvia que no paraba, que mi ojo molestaba, que no había
entrenado con normalidad. Andaba molesto en todo sentido. Qué error hubiese
sido si no corría!! Tuvimos la suerte de que minutos después de que largáramos
la lluvia cesó. Como si las cosas que estaban difíciles y oscuras, se empezara
a esclarecer, como si todo se empezara en encaminar positivamente para una gran
carrera. Es mas, al rato salió el sol, no hizo frio. Muchos corredores, inexpertos
se abrigaron por demás y a los pocos kilómetros ya se estaban sacando los buzos
que tenía y atarlos a la cintura. Me ha pasado, es parte del aprendizaje
también. A medida que más carreras tenés, sabés que una vez que entraste en
calor, ya no tenés mas frío.
Algo que me pasó el dia anterior fue que salí a caminar con
la remera de la carrera del año pasado. Cosa normal que hacemos los corredores
para que nos reconozcan que somos corremos. Que estamos allí para la carrera y
para que nos reconozcan como corredores. Y me encuentro con uno que tiene la remera de
los 21k de Buenos Aires. Y me dice como venís para mañana? Y nos pusimos a hablar. Le dije que bien, con
nervios y que la carrera con lluvia eran mas épicas, mas emocionantes y de lo
complicada que iba a ser. Le comenté que había hecho la carrera del año pasado
y la carrara del Cruce a principio de este año, que era mi tercera vez en
Tandil, todas para correr. Me dijo que tenía experiencia y me lleno el pecho de
orgullo, y era verdad. Le dije que la carrera iba a ser tranquila hasta el kilómetros
19k y que después venia lo peor, los kilómetros siguientes serían los peores,
porque ya con el desgaste a cuestas había que subir y bajar sierras de unos 300
metros de altura y trepadas bastante verticales. Era agotador pero divertido a
la vez. Por sobretodo, lo último que le dije es que disfrutara la carrera, que
para eso fuimos. Claramente no lo volví a ver, cada uno siguió camino.
Continuando con la carrera, había mucho barro, estaba muy
resbaloso, te hundías en el barro, no podías agarrar ritmo. Subidas con barro,
era mucho, gasté muchas piernas en ese tramo de campo por caminos abnegados.
Después de esa primera parte el camino fue bastante recto y por asfalto. Medio
aburrido. Pero pude reconocer varios tramos por donde habíamos pasado el año
pasado, el circuito fue casi el mismo. Es bueno ir reconociendo lugares, sobre
todo para poder pasar después tranquilo en la semana. De eso se trababa también,
reconocer y ver esos lugares y pasar después
sin la presión o la concentración de una carrera.
En la carrera también algo que se viene dando como constante
en las últimas carreras, un actor inesperado, el viento. Como el recorrido era cambiante a veces lo
tenes empujando de espaldas y otras veces en contra. Desde mar del plata a esta
carrera, el viento como actor de reparto.
A la mitad de la carrera era cuando empezaba la verdadera
carrera, ya por el esfuerzo del barro y las subidas complicadas y sumadas a los
senderos que a veces había que ir caminando. Esto hizo que esté al borde del
calambre por muchos tramos de la carrera. Rogaba para que no me diera uno o al
menos que aguantara un poco mas, por eso bajaba la intensidad en algunos momentos. Momentos que sentís el dolor mas que
en otros. Frenar caminar y volver a correr es lo que hace que te den calambres.
Si vas lento, no frenes, así no te va
dar un calambre. Fue en ese momento en
que la carrera empezaba a ser mas técnica, donde mas concentrado tenía que
estar, por eso guardé mis auriculares y era momento de apretar los dientes y hacer tripas corazón.
Mi ojo por momentos hacía ver borroso todo, por eso tuve que
confiar en mi lado izquierdo, que muchas veces renegué. Y tuve que confiar y
por suerte respondió. También con el tema de los mulos, se cansaron del lado
derecho, con lo cual hubo que apoyarse mas del lado izquierdo. Pisar siempre
con la pierna izquierda primero. Y por suerte respondió también.
Llegué como pude, quizás mejor que el año pasado. Lo que ayudó mucho es que no hizo mucho calor
y el sol no pegaba tan fuerte como el año anterior. El último tramo es
durísimo, son 9 kilómetros más de subida que de bajada. Modificaron el final de
la carrera con respecto al del año pasado. La última subida era muy empinada y
peligrosa. Me hubiese gustado hacer esa parte este año también. Lo que me ayudó
mucho también fue el Beepower, tomé 2 uno el comienzo y uno para darme fuerzas
para el tramo final. El chaleco de hidratación funcionó bien, no molestó en
ningún momento por suerte. La piernas en este último tramo ya van flojas, no te
responden como al principio son un verdadero peligro y donde mas cuidado hay
que tener. Vi muchos caerse por no prestar atención o confiarse. En este tipo
de carreras largas hay que estar atentos hasta el final. Tu mente dice “ya
llegamos”, pero no se llega hasta que se llega. Es verdaderamente hermoso pasar
por el Dique antes de la llegada, te da una panorámica extraordinaria, aunque
ya en ese punto de la carrera es cuando ya querés que se termine. Todo muy
lindo pero ya el cuerpo no da mas, está exhausto. Pero es cuando la gente juega
un papel fundamental. A los laterales,
gente de la ciudad te da aliento, no te conocen, pero te apoyan, saben lo
difícil que es y quieren que termines lo que empezaste. Me emocioné al
recordarlo, es verdaderamente motivador. Pasás la línea de llegada con una sonrisa de par en par porque lo
lograste otra vez allí, espero este año tener la foto de la llegada. Estoy sonriendo
y con los brazos abiertos, como para dar
un inmenso abrazo, como si no tuviera dolores, como si pasar esa línea de
llegada sea finalmente la cura de todo ese agotamiento físico y mental.
Sumé horas de vuelo en la montaña, que fue lo importante.
Aprendí y la próxima lo tomo diferente. Es lo que te da este tipo de carreras,
te da confianza para que el próxima arriesgues mas. La hidratación en la carrera
estuvo bien, y el Gatorade con cubitos de hielo fue algo que festejé. El último
puesto fue donde se agolparon muchos, haciendo sociales. Parecía un boliche ese
puesto. Yo intentando abrir mi Beepower. Quería salir lo antes posible, muchos
buscaban tomar aires, pero a esa altura ya no te queda resto, es pura fuerza de
voluntad lo que va quedando.
Quizas esta parte no tiene nada que ver con la carrera, aunque
en parte, sí. Es por lo que me anda pasando, es distinto. Lo que me anda pasando
es que ando en crisis conmigo mismo. Y
siento, muchas veces, que las carreras son un mentira que no me llenan como
antes, que no entreno como antes. Con esa ambición de mejorar en cada
entrenamiento o en cada momento. Llámenlo falta de motivación o lo que sea. Porque
no estoy completo, no estoy feliz con cómo vengo haciendo las cosas. Que no
puedo disfrutar de nada, que no lo merezco, si no resuelvo lo otro. Y lo otro,
es complicado. Digo que son una mentira porque me dan una falsa sensación de
éxito, que no son un verdadero logro. Sí, valoro terminarlas. Son desafíos que
me propuse y los concreté. Pero eso no
te hace mejorar en los aspectos que están mal. Por mas que te carguen de
energía y te llenen de ganas, el lunes sigue todo donde estaba, incluso peor.
En ese círculo vicioso del que no puedo salir. Porque las cosas no van cambiar,
van a seguir igual, no van a mejorar. Uno quisiera ser reconocido por la labor
que hace y no por las carreras y si uno corre, como que lo hace con culpa. Porque
se divierte cuando tiene que esconderse por lo mal que hace las cosas,
humillado me siento. Porque no pude revertir esa situación. Estás todo el dia
tensionado, como de que te estas
olvidando de algo, vivís paranoico y alerta de que en cualquier momento te cae
una bomba de algo que se te olvidó. Será que no entiendo lo que hago?
Cuando estás pasando un mal momento, ya sea en tu a familia,
trabajo, donde sea. Todo te cuesta el doble, desde levantarte a la mañana y las
horas se te hacen de plomo, hasta salir a entrenar te cuesta, los días se te
hacen interminables. No tenés ganas de nada, sólo de dormir y querés que se pase
ese mal momento y ese mal momento algún dia pasa a ser anécdota. Por mas que
uno crea que no termine más. Lo cierto es que van varios días y meses así. En algún momento se va esto, este
sentimiento que tan mal te está haciendo hay que aguantar y salir adelante.
Como en las carreras. Seguir avanzando, por mas difícil que el camino se ponga.
Y pensar que esta es una de las peores
cuestas de tu vida.
El verdadero triunfo es llegar a nuestro máximo potencial
sin tener en cuenta a TODO lo viene de afuera con contaminación. Uno no es lo
que hace ni tampoco es lo que tiene: uno es lo que es.
Todas las carreras tienen un sonido, una música que las
representan, al menos para mí. Mas en este momento tan especial, donde las
cosas no salen como uno quiere. Para cantarlo, gritarlo saltarlo ” tirá, tirá
para arriba, tirá” ,“pero venga, lo que venga para bien o mal tirá para
arriba”.
https://www.youtube.com/watch?v=7SBk5qdpv-I
No hay comentarios:
Publicar un comentario