domingo, 1 de abril de 2018

Capítulo Terma Adventura Race Tandil 2018


Muchas dudas y mucha incertidumbre acerca de los que sucedería en la carrera. Lo primero que puedo decir es que no llegaba con mucho ritmo a la carrera. La semana había sido difícil, como últimamente me tienen, no había podido entrenar nada, lo último había sido el sábado anterior. Entrenado estaba que era lo importante, lo que faltaba era algo de ritmo, un trabajito liviano en la semana que no pude hacer, ya sea por la lluvia o por otros temas no pude hacer.  Era una carrera larga, sabíamos que iba a ser complicada. Te gustan las carreras largas, te motivan, son un desafío. EL punto a favor era que estábamos descansado, pero faltos de ritmo. Uno es amateur y tiene responsabilidades, no tiene los tiempos de un profesional. Sumado a que no ando en un buen momento anímico, te agarran las dudas, llueve, llevar o no el celular, si se moja, se arruina, pero es una carrera larga, me voy a aburrir, si me aburro me canso, si me canso rápido abandono. Llueve, me voy a resbalar me voy a caer y me voy a romper algo.

Pero me adelanté vayamos primero al sábado. Segunda vez que corro esa carrera, el año pasado me enamoré de Tandil y me prometí volver a conocer esa hermosa ciudad. Es cierto, corrí a principio de año el Cruce de Tandilia. 2 dias estuve. Pero tampoco aquella vez pude recorrer mucho la ciudad, correr mucho, recorrerla, poco. Luego pude confirmar que es la ciudad mas runner de las que conocí. Ciudad que si no fuera por las carreras no hubiese conocido nunca. Al igual como lo fueron Almafuerte (Córdoba),  La Pampa, Mendoza, Mar del Plata y Tandil. Me pongo a pensar y no puedo creer lo lugares que conocí gracias a las carreras, ya lo dije, pero lo repito, no me gusta mucho viajar. Pero el viaje en sí es lo que no me gusta, el traslado es lo que  me molesta mucho, pero me encanta conocer lugares nuevos y si la excusa es una carrera mejor todavía.

Llegue a Tandil esta vez para conocerla a fondo a la ciudad. El sábado hice algunos movimientos de erogación para ir aclimatando los músculos a la exigencia que se venía, y la tensión que tenía de la semana y del viaje. Venía además con otro problema, un orzuelo, segundo orzuelo en menos de 15 dias que me sale. Lo molestos que son, justo en el ojo bueno, recordemos que el ojo derecho es donde menos aumento tengo y que el izquierdo siempre acompañó y es con el que mas  mes me cuesta enfocar. Leer con el izquierdo, por ejemplo, no puedo directamente, por mas aumento que tenga. Por eso el orzuelo no me permitiría tener una visión total. Y para la carrera empeoró, parecía un boxeador. Como Rocky cuando dijo “córtame el párpado”,  así estaba, con ese ojo a maltraer. Pero la confianza para afrontar el compromiso lo tenia y me sentía bien. En Tandil se respira otro aire, no sé cómo explicarlo, pero te llena de energía, como que no está tan contaminado. Un bicho de ciudad como yo, ve una sierra y dice que es una montaña.  Tandil está rodeado de montañas, que son energía pura y  la vista es inigualable.

Volviendo a la carrera, ya en domingo. Se llovió toda la noche y  gran parte de la mañana, sumado a mi ojo que cada vez estaba en peor estado. Desayuné ensalada de fruta, café con leche, yourt, y unas galletitas, siempre intento desayunar lo mismo los dias de la carrea. En el desayunador del hotel había varios corredores también que se preparaban para la carrera.  Es como si se oliera ya a carrera desde temprano.  Los nervios, las sensaciones son similares en todos nosotros. No lo ves, pero lo notás. Muchos lo viven de manera diferente, pero las sensaciones siempre son las mismas. La ansiedad previa es inigualable, querés que arranque lo antes posible y demostrar lo que fuiste a buscar.
Como dije, mis dudas antes de empezar eran muchas y cada vez eran mas a medida que la lluvia continuaba y la largada se acercaba. Por un momento pensé en no correr, créanlo o no, se me pasó por la cabeza, no largar al ver que la lluvia que no paraba, que mi ojo molestaba, que no había entrenado con normalidad. Andaba molesto en todo sentido. Qué error hubiese sido si no corría!! Tuvimos la suerte de que minutos después de que largáramos la lluvia cesó. Como si las cosas que estaban difíciles y oscuras, se empezara a esclarecer, como si todo se empezara en encaminar positivamente para una gran carrera. Es mas, al rato salió el sol, no hizo frio. Muchos corredores, inexpertos se abrigaron por demás y a los pocos kilómetros ya se estaban sacando los buzos que tenía y atarlos a la cintura. Me ha pasado, es parte del aprendizaje también. A medida que más carreras tenés, sabés que una vez que entraste en calor, ya no tenés mas frío.

Algo que me pasó el dia anterior fue que salí a caminar con la remera de la carrera del año pasado. Cosa normal que hacemos los corredores para que nos reconozcan que somos corremos. Que estamos allí para la carrera y para que nos reconozcan como corredores.  Y me encuentro con uno que tiene la remera de los 21k de Buenos Aires. Y me dice como venís para mañana?  Y nos pusimos a hablar. Le dije que bien, con nervios y que la carrera con lluvia eran mas épicas, mas emocionantes y de lo complicada que iba a ser. Le comenté que había hecho la carrera del año pasado y la carrara del Cruce a principio de este año, que era mi tercera vez en Tandil, todas para correr. Me dijo que tenía experiencia y me lleno el pecho de orgullo, y era verdad. Le dije que la carrera iba a ser tranquila hasta el kilómetros 19k y que después venia lo peor, los kilómetros siguientes serían los peores, porque ya con el desgaste a cuestas había que subir y bajar sierras de unos 300 metros de altura y trepadas bastante verticales. Era agotador pero divertido a la vez. Por sobretodo, lo último que le dije es que disfrutara la carrera, que para eso fuimos. Claramente no lo volví a ver, cada uno siguió camino.

Continuando con la carrera, había mucho barro, estaba muy resbaloso, te hundías en el barro, no podías agarrar ritmo. Subidas con barro, era mucho, gasté muchas piernas en ese tramo de campo por caminos abnegados. Después de esa primera parte el camino fue bastante recto y por asfalto. Medio aburrido. Pero pude reconocer varios tramos por donde habíamos pasado el año pasado, el circuito fue casi el mismo. Es bueno ir reconociendo lugares, sobre todo para poder pasar después tranquilo en la semana. De eso se trababa también, reconocer y ver esos lugares y pasar después  sin la presión o la concentración de una carrera.

En la carrera también algo que se viene dando como constante en las últimas carreras, un actor inesperado, el viento.  Como el recorrido era cambiante a veces lo tenes empujando de espaldas y otras veces en contra. Desde mar del plata a esta carrera, el viento como actor de reparto.
A la mitad de la carrera era cuando empezaba la verdadera carrera, ya por el esfuerzo del barro y las subidas complicadas y sumadas a los senderos que a veces había que ir caminando. Esto hizo que esté al borde del calambre por muchos tramos de la carrera. Rogaba para que no me diera uno o al menos que aguantara un poco mas, por eso bajaba la intensidad en algunos  momentos. Momentos que sentís el dolor mas que en otros. Frenar caminar y volver a correr es lo que hace que te den calambres. Si vas lento,  no frenes, así no te va dar un calambre.  Fue en ese momento en que la carrera empezaba a ser mas técnica, donde mas concentrado tenía que estar, por eso guardé mis auriculares y era momento de  apretar los dientes y hacer tripas corazón.

Mi ojo por momentos hacía ver borroso todo, por eso tuve que confiar en mi lado izquierdo, que muchas veces renegué. Y tuve que confiar y por suerte respondió. También con el tema de los mulos, se cansaron del lado derecho, con lo cual hubo que apoyarse mas del lado izquierdo. Pisar siempre con la pierna izquierda primero. Y por suerte respondió también.

Llegué como pude, quizás mejor que el año pasado.  Lo que ayudó mucho es que no hizo mucho calor y el sol no pegaba tan fuerte como el año anterior. El último tramo es durísimo, son 9 kilómetros más de subida que de bajada. Modificaron el final de la carrera con respecto al del año pasado. La última subida era muy empinada y peligrosa. Me hubiese gustado hacer esa parte este año también. Lo que me ayudó mucho también fue el Beepower, tomé 2 uno el comienzo y uno para darme fuerzas para el tramo final. El chaleco de hidratación funcionó bien, no molestó en ningún momento por suerte. La piernas en este último tramo ya van flojas, no te responden como al principio son un verdadero peligro y donde mas cuidado hay que tener. Vi muchos caerse por no prestar atención o confiarse. En este tipo de carreras largas hay que estar atentos hasta el final. Tu mente dice “ya llegamos”, pero no se llega hasta que se llega. Es verdaderamente hermoso pasar por el Dique antes de la llegada, te da una panorámica extraordinaria, aunque ya en ese punto de la carrera es cuando ya querés que se termine. Todo muy lindo pero ya el cuerpo no da mas, está exhausto. Pero es cuando la gente juega un papel fundamental. A  los laterales, gente de la ciudad te da aliento, no te conocen, pero te apoyan, saben lo difícil que es y quieren que termines lo que empezaste. Me emocioné al recordarlo, es verdaderamente motivador. Pasás la línea de llegada  con una sonrisa de par en par porque lo lograste otra vez allí, espero este año tener la foto de la llegada. Estoy sonriendo  y con los brazos abiertos, como para dar un inmenso abrazo, como si no tuviera dolores, como si pasar esa línea de llegada sea finalmente la cura de todo ese agotamiento físico y mental.

Sumé horas de vuelo en la montaña, que fue lo importante. Aprendí y la próxima lo tomo diferente. Es lo que te da este tipo de carreras, te da confianza para que el próxima arriesgues mas. La hidratación en la carrera estuvo bien, y el Gatorade con cubitos de hielo fue algo que festejé. El último puesto fue donde se agolparon muchos, haciendo sociales. Parecía un boliche ese puesto. Yo intentando abrir mi Beepower. Quería salir lo antes posible, muchos buscaban tomar aires, pero a esa altura ya no te queda resto, es pura fuerza de voluntad lo que va quedando.

Quizas esta parte no tiene nada que ver con la carrera, aunque en parte, sí. Es por  lo que me  anda pasando, es distinto. Lo que me anda pasando es que  ando en crisis conmigo mismo. Y siento, muchas veces, que las carreras son un mentira que no me llenan como antes, que no entreno como antes. Con esa ambición de mejorar en cada entrenamiento o en cada momento. Llámenlo falta de motivación o lo que sea. Porque no estoy completo, no estoy feliz con cómo vengo haciendo las cosas. Que no puedo disfrutar de nada, que no lo merezco, si no resuelvo lo otro. Y lo otro, es complicado. Digo que son una mentira porque me dan una falsa sensación de éxito, que no son un verdadero logro. Sí, valoro terminarlas. Son desafíos que me propuse y  los concreté. Pero eso no te hace mejorar en los aspectos que están mal. Por mas que te carguen de energía y te llenen de ganas, el lunes sigue todo donde estaba, incluso peor. En ese círculo vicioso del que no puedo salir. Porque las cosas no van cambiar, van a seguir igual, no van a mejorar. Uno quisiera ser reconocido por la labor que hace y no por las carreras y si uno corre, como que lo hace con culpa. Porque se divierte cuando tiene que esconderse por lo mal que hace las cosas, humillado me siento. Porque no pude revertir esa situación. Estás todo el dia tensionado, como  de que te estas olvidando de algo, vivís paranoico y alerta de que en cualquier momento te cae una bomba de algo que se te olvidó. Será que no entiendo lo que hago?

Cuando estás pasando un mal momento, ya sea en tu a familia, trabajo, donde sea. Todo te cuesta el doble, desde levantarte a la mañana y las horas se te hacen de plomo, hasta salir a entrenar te cuesta, los días se te hacen interminables. No tenés ganas de nada, sólo de dormir y querés que se pase ese mal momento y ese mal momento algún dia pasa a ser anécdota. Por mas que uno crea que no termine más. Lo cierto es que van varios días y  meses así. En algún momento se va esto, este sentimiento que tan mal te está haciendo hay que aguantar y salir adelante. Como en las carreras. Seguir avanzando, por mas difícil que el camino se ponga. Y  pensar que esta es una de las peores cuestas de tu vida.

El verdadero triunfo es llegar a nuestro máximo potencial sin tener en cuenta a TODO lo viene de afuera con contaminación. Uno no es lo que hace ni tampoco es lo que tiene: uno es lo que es.
Todas las carreras tienen un sonido, una música que las representan, al menos para mí. Mas en este momento tan especial, donde las cosas no salen como uno quiere. Para cantarlo, gritarlo saltarlo ” tirá, tirá para arriba, tirá” ,“pero venga, lo que venga para bien o mal tirá para arriba”.

https://www.youtube.com/watch?v=7SBk5qdpv-I








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