Todavía no estoy en condicione de escribir ni nada. Y no
salió bien la cosa, para nada bien. Como escribir esto, si no la terminé la carrera? Spoiler: Salió mal.
Cuantas cosas para contar… y cuánto tiempo para escribir,
leer, releer y expresarme acerca de lo
sucedido.
Y sin empiezo por el final? Y si mejor empiezo cronológicamente
contado, como se fueron sucediendo los hechos? Elijo la última, pero muchos de
los q empezaron a leer se pierden el desenlace o el final de la historia.
Cuando estaba en Almafuerte, mi idea era escribir mis días
alla, en Cordoba. Narrar las vacas. Dios q difícil es escribir con una sola
mano. Ups un adelanto ya di. Decía de contar mi estadía en córdoba, por la
experiencia de viajar. Viajar para
correr siempre tiene un gusto especial.
Es distinto a las carreras de calle. Esto lo dije muchas veces lo sé.
Vamos en orden cronológico. Y si llegan a leer todo sabrán
lo q me pasó.
Me pedí vacas, del 11
al 15. Siempre me tomo licencia en función de alguna carrera, y la de
Almafuerte Cordoba es la primera q hice de aventura en2016. Por eso es especial para mi y siempre tengo
ganas de hacerla, por ahora solo los 13K. En algún momento haré la de 30k y sé
que será difícil. Es una carrera muy dura, no se debe subestimar. Los que creen
q es fácil, se equivocan. Porque tiene mucho desnivel, arena, todo lo que un carrera de aventura tiene q
tener.
Qué difícil es describir o narrar acerca de una carrera que
no terminé.
Pero vamos por paso a paso.
Viernes comienzo de mis vacas. Mis tan ansiadas vacaciones.
Sábado, decido viajar en avión ida y vuelta, (recordemos que
no hay micro directo a Almafuerte). Lo sea primero tenía que hacer era llegar a
Córdoba y de ahí, tenía que a ir tomar un micro de córdoba capital a Almafuerte. Entonces viajé temprano a córdoba el dia
sábado. Ya en el viaje no iba todo bien. Hubo mucha turbulencia y no pudieron
servir bebidas ni nada. Igual era un viaje corto de una hora y pico nomas.
Suficiente para dormir un rato.
Al llega compré la Red Bus( pero en realidad es azul la
tarjetita, ok chiste para quien lo entienda, ok lo explico, Red rojo en ingles,
y si pones red de redes bus, ambas en ingles o las dos en castellano al menos,
sino se presta a confusión). Acabo de perder a los pocos que seguían leyendo
con esta explicación.
De Córdoba es la Sube de allá. Te lleva de aeropuerto a la
terminal d ómnibus en 40 minutos aprox. Gran servicio tienen, hasta para poner las valijas y viajar cómodos.
Llegué a la terminar de ómnibus y me fui a desayunar. Y de fondo
se escuchaba: Vine hasta aquí- Los Piojos y el “…fue lo mejor que me pudo pasar en el viaje…”. Así me recibe Córdoba
con esa canción tan emblemática de los piojos. Cuando arrancas vacas como que
no te importan cosas que en el resto del año no te bancas. Ni el niño que venía
atrás en el avión llorando o que me moviera el asiento me importó, si hasta pude dormir algo, ni la turbulencia
importó. En el avión íbamos por las nubes, ni arriba, ni abajo, en el medio de
las nubes. Y pensaba si viene un avión de frente te lo llevas puesto, no lo
ves. Igual hay radares, pienso yo, para que no choquen en el aire, eso lo supongo, pero estamos en argentina. Eso si,
las horas en el aviones son con la de los hospitales, no se pasan mas. No se me
puede ocurrir algo mejor que hospitales?
…Y la verdad que no, no tengo otra manera de explicar que los minutos el
aire se pasan mas despacio. Como si miraras por la ventanilla y ves que no
avanzas, pero vas rápido.
Bueno, volviendo a mi relato. Subo al micro que me lleva a Almafuerte
y de entrada veo a chicos que corren la carrera. No eran los comunes, no
señores eran los guías de los no videntes mas conocidos como los Ojos de
Águila. Y los conocía bien, porque los había visto en otras carreras y de verlos
en los video del Colo, también en la radio con Lucho Runner. Sabia bien quienes
eran. Al ser una carrera chica sabía que me los cruzaría varias veces mas. Era el famoso “pájaro” y la
mismísima Elisa Forti los que viajaban en ese micro. Sí, la abuela que corre.
83 años y correr, un ejemplo de vida. Con la cual pude cruzar unas palabras,
mas tarde en la charla técnica. Una celebridad. Todo el mundo se saca fotos con
ella. Pude notar el respeto y la admiración con que la tratan y ella lo toma
todo tan natural, que dan ganas de abrazarla y seguir corriendo. Como me decía
el ecuatoriano que me cruce en la charla: ojalá primero llegar a los 83 y
después, si se puede, en estado para correr como ella.
Dormí buena parte del viaje, tenía mucho sueño. Casi
llegando a Almafuerte pude cruzar y hablar un poco ellos. Soy bastante tímido,
cuesta iniciar conversaciones, y les comenté q era la tercera vez q la hacía y
les daba algunas recomendaciones. Yo? Qué recomendación puedo dar? Ninguna,
pero les dije lo difícil que era, de las subidas y bajadas complicadas en el monte.
De lo complicado que es la primer parte entre la arena y las piedras. Al final,
el pájaro, me terminó contando que el Colo quiere que le de una charla, porque el
Colo va a ser guía de Martín Kremenchuzky en la Maraton de Londres. Sin dudas un desafío va ser para el colo, porque va a tener que seguirle
el ritmo a Kremenchuzky. Que para los
que no lo conocen, es no vidente y hipoacúsico y no sé cuántos iroman tiene en
su haber. O sea, el tipo no ve, ni escucha y nada, corre y anda en bci…
impresionante. El tipo está entrenando y el colo va a tener que seguirle el
ritmo. Y el “pájaro” ,a mi modo de ver,
es el mejor guía a de la argentina. Les habla todo el tiempo, todo el
tiempo da indicaciones. Increíble lo que hace, hay que verlo en acción para tomar real dimensión de lo que
hace. Sobre todo gran persona. La causa
es sensacional.
Llegamos a la terminal y nos despedimos con la promesa de
vernos otra vez el dia de la carrera.
Voy al hotel, que solo queda a unas cuadras de aquella
terminal. Todo queda cerca en ese lugar. Quería llegar para dormir en una cama.
Así lo hice, llegué al hotel y me tiré a dormir. Tuve mucho calor, es verdad, y
me molestaban mucho los autos y las motos que pasaban por el ruido que hacían.
En 2016 me había pasado lo mismo, es un tanto ruidosa esa calle. Dormí cerca de
2 o 3 horas. Y me predispuse a ir a buscar el kit de la carrera e ir a la
playita y meter un rato los pies en el agua. No era dia de ir nadar, dado de
que como iba a pasar la semana allí, tenia tiempo para una zambullida o varias
después de correr todo transpirado. Bajo las escaleras y me sentía como en
casa, el dueño durmiendo la siesta en el sillón, cosas que suceden en el
interior. Dentro de toda la humildad del lugar, el cual conocía del 2016, la buena
hospitalidad fue excelente del minuto cero. Y son cosas que uno no está tan
acostumbrado. Fui con la remera del 2016, con lo cual, todo el mundo sabía que
corría. Es un gran acontecimiento para ese lugar, la carrera, se llena de
runners, conmociona la tranquilidad del legar. Sumale que todos son super
educados y te saludan por la calle, a quién se le pase por delante. Cosas que
no se ven en la cuidad. Tan simple como el respeto por el otro, dios mío dónde
quedó todo eso? Allí en Almafuerte, lugar donde me hace creer que no todo esta
perdido. Es un lugar al que quiero
volver siempre. Como digo siempre, es una ciudad detenida en el tiempo.
Busqué el kit y tomé mate en la playa, es un placer ese
lugar, para mi, un paraíso. Me probé la remera y me quedaba perfecta. Fui al mismo
lugar donde voy siempre a a tomar sol.
Alejado y tranquilo y descansé con las piernas en el agua. Hacía calor y me
arrepentí de no haber llevado malla. Hubiese sido lindo nadar o meterme un rato
para refrescarme. Leí, escuche música…. Por ese tramo pasaría la carrera al dia
siguiente y pude probar el terreno. Los primeros 2 kilómetros es por la arena y
es un tramo que te consume mucha energía, te desgasta mucho de entrada. Sumado
al calor que hacía el sábado, iba a ser
una carrera complicada desde el comienzo. Buena decisión ir por los 13k.
Todavía no estoy para los 30K, como le comentaba al pájaro, que me preguntó por
qué no hago los 30k. Le dije que era por preparación, dado que como hice el
Cruce de Tandilia el mes pasado, y me preparaba para los 27k de Tandil del mes
que viene. Y que además como estoy de
vacas quería correr esos días para prepararme.
De otro modo, muero de embole y si no puede recorrer ese magnifico lugar
y seguir descubriéndolo. Lugares que no veo todos los días en esta ciudad de la
furia. Todo es tan tranquilo allí….
Hice tiempo, hasta las 20 horas y me acerque donde era la
charla técnica, mismo lugar del año pasado. Es increíble que al no haber
edificios altos, había todavía sol. Siempre digo que es bueno estar presente en
dicha charla. Que te dan tips a tener en cuenta. Te muestran los puntos
críticos del recorrido. Fue allí donde Elisa Forti se sienta delante mio y me
atrevo a hablarle. Le pregunté cómo se sentía y me dijo que el mes pasado había hecho el Cruce de
los Andes y todavía andaba recuperando de una dolencia. Me decía que no había podido terminarla
por esa misma dolencia, y la organización, atinadamente, hizo que entregara las
medallas en la llegada del domingo. Es increíble
las ganas que tiene esa señora, la actitud positiva y el entusiasmo por vivir. Esa
vitalidad, es raro hasta verlo en
jóvenes, que a veces los veo muertos en
vida y son tan jóvenes que da pena verlos
desperdiciar así sus mejores años.
Es una celebridad, todo el mundo se saca fotos con ella. Fue
cuando me puse a hablar con un ecuatoriano
que había venido por la correr, esto ya lo comenté me parece. En fin, admiración
total por Elisa.
Lo vi al “pájaro” y le pregunté cuanto corría, me dijo que
30k, siendo guía. Después pude ver unos
videos que subió emocionado hasta las lágrimas por el paisaje y unas cascadas que
presentaba el recorrido. Pensaba en la movida del “pájaro” de ayudar a los no
videntes en las carreras, pero en realidad no sé quien ayuda a quién.
A Elisa la hicieron decir unas palabras motivadoras y termino
diciendo que el llegar a cruzar el arco de llegada es una sensación
indescriptible ( y cuánta razón tiene ) y que disfrutemos de lo que hacemos.
Ya era hora de volver al hotel. No sé si ponerme la remera
del 2016, me dio confianza para saludar mucha gente sin miedos, ni titubeos.
Volviendo al hotel pensaba: si estamos como el miércoles,
volamos (ese dia había tenido un gran entrenamiento) y puede ser una gran carrera.
Pero quiero disfrutar del viaje… “Fue lo mejor que me pudo pasar en el viaje” ,
repetía en mi mente.
4 hojas y todavía no empezó la carrera. Los pocos que
llegaron hasta aca leyendo, se deben haber dormido o aburrido ya.
Fui a comer y el lugar donde fui estaba lleno de runners.
Tuve que comer carne dado que los runners, que habían llegado antes, arrasaron con todo.
Y la verdad estaba todo muy rico. Livianito me sentía y me predisponía a dormir
un poco aunque siempre es difícil antes de cada carrera.
Costo mucho conciliar el sueño, pero pude dormir. Me desperté
a las 6 AM y bajé a desayunar a las 6:30 para llegar a la carrera a las 7 am.
Preparé todo para que no me faltara nada y no tener que dejar mochila. Ir con lo justo y necesario, como vengo
haciendo en las últimas carreras. Todo esto, para terminar la carrera, volver
al hotel a bañarme y volver a la premiación y lo sorteos.
Fui caminando, esa caminata que sirve para mentalizarse,
para concentrase, para meterse de lleno en la carrera. Y los días de carrera
son especiales, te levantas con otra expectativa, con ganas de liberar todo en
la carrera. Hice un videíto que envié a mi familia contando las sensaciones y
como estaba el dia.
Caminaba y el dia era
increíble un amanecer que no es el mismo que en la ciudad. Ves en el horizonte,
el sol asomando a lo lejos. Ese sol
rojizo que ilumina el cielo lentamente. También hacía calor, ya a esa hora.
Saludé a unos chicos que volvían del boliche después de haber tomado bastante,
hasta bromeamos un poco. Al menos era alcohol y no por otras sustancias.
Llegué, hice el reconocimiento previo y había poca
gente. Era lógico porque los que corrían 30k habían largado a las 8hs. Bien la
organización en ese tema, sino se hace muy largo todo y algunos terminan llegando
muy tarde y son los que mas reconocimiento se merecen.
Había inscriptos cerca de 700 personas, es una carrera que crece cada año. Es un lugar me
gusta mucho y lo descubrí por las carreras, no hay chance que fuese por otro motivo,
ni en otras circunstancias. Se respiraba otro aire, de tranquilidad y de quietud
en esa inmensidad. A lo lejos las montañas. Y en el medio ese dique increíble,
el menos contaminado de córdoba. Debe ser que no está contaminado porque no es muy conocido.
Hice calentamiento, probé la arena como gladeador se prepara para la batalla, que
poético, donde habré escuchado eso? Empezó a haber mas gente y se fue armando
la carrera, con un marco increíble. La sensación era que quería que arrancara
la carrera, estaba ansioso, mas ansioso que otras veces. Estaba donde quería estar
y en la carrera que quería hacer. Y tenía que disfrutarla.
La carrera la había pensado de esta manera. Primera etapa de
arena 3 k, después monte, cruzamos a la
isla, vuelta por la orilla, un poco de
monte y llegada. Así tenía en mi cabeza la carrera de antemano, tal como habían
sido las dos veces anteriores. Que lo mas difícil estaba en la primera parte y
la segunda parte se hace con el resto que le queda a uno en el tanque….
Equivocado como siempre, lo mas difícil estuvo al final.
Largamos con todo, fui fuerte, lo voy a reconocer, el GPS
dijo marcaba 4 minutos el kilomento y en la arena, tremendo. A diferencia del
año pasado, no había un charco para pasar a los pocos metros de empezar, por lo
cual estábamos secos andando por la arena. Lo difícil arena que te hace desgastar mucho, se te hunde el pie y
haces mas fuerza. Pensaba, qué bueno, lo voy a poder hacer en la semana, lindo recorrido
al lado del agua y viendo las montañas
de lejos. Paisajes envidiables, sobre todo por la calma y tranquilidad. Una
tensa calma, pensaba. Esa tensa calma de que algo esté por suceder o la calma
que antecede al huracán. Pero no me quiero adelantar. Avanzaba y mi pasos, si
bien eran firmes, con algunos resbalones por la arena, avanzaba a buen ritmo.
Tropecé un par de veces. Pero nada grave.
Llegamos a una parte plana, que la reconocía de las veces
anteriores. A buen criterio de la organización, poner la parte de sogas pasando
el kilómetro 5, donde ya hay una decantación de corredores y no se hace tanto
embudo. Con lo cual, esto hizo mas ágil la carrera, igual hubo que estar parados
unos 5 minutos, casi llegando a la tan ansiada isla. Era el kilómetro 5, porque
vi el GPS en el celu. El cual encendí para ver el recorrido, nunca lo hago. Esta vez lo hice porque quería ver el recorrido para después analizarlo
y poder pasar nuevamente por allí, pero solo.
Algunos, como pasa siempre, se creen que se la saben todas,
informándoles a los que corrían 5 kilómetros,
que tenían que volver, que lo de 5 k ya tenían que dar la vuelta hace rato.
Grande fue la sorpresa cuando subimos el monte y estaba el cartel informando
que allí y no antes, tenían que dar la vuelta. Tal vez eso e puede mejorar poniendo
cintas por cada recorrido, porque siempre hay problemas en ese recorrido.
Pensaba: ya mitad de
la carrera, venía en buen ritmo, no me sentía cansado, pero sí había
transpirado mucho. Tenía que aprovechar
a tomar agua las botellita el cinturón. Pero era difícil, muchos desniveles, y
es lo que da sentido a la aventura.
Ayudar y te ayudan,
todo lo que das, después te vuelve. Eso es lo que veo en estas carreras, mucha
camaradería. Para los alambrados u ayuda
en cada tramo difícil de la carrera. Ya antes de la llegada a la isla, estaba
el único puesto de hidratación. Me hidraté y seguí, con ansias y sin perder mucho
tiempo, aunque hacía mucho calor y a la sombra estábamos bien, daban ganas de
quedarse allí. Quería pasar a la isla y que el agua me llegara a la
cintura, como en año pasado. Pero grande
fue mi desilusión al ver que no había tanta agua esta vez. Los tanques de agua
de alrededor apenas si se tapaban, solo fue un poco de barro. Obvio que me
enchastré la zapas y estaba pesado. Todo el este recorrido me resultaba muy
familiar, recordaba lo difícil que me había resultado en 2016. Casi sólo iba,
en ese entonces, por aquella isla y hasta terminar la carrera. No había
corredores en aquella oportunidad por esos lugares ya. Fue allí, en el paso, a
la isla donde estaban los fotógrafos, y es donde estoy saludando con el puño apretado
izquierdo en alza, como todo un guerrero. Brazo izquierdo arriba y me detengo allí, aún estaba entero, aún era
carrera, aun disfrutaba. Así lo muestran las fotos.
Paso a la isla. Y lo difícil era ir por la orilla, con las
piedras, hay lugares por donde no se puede correr y hay que ir despacio y con
cuidado, andaba algo cansado. Pero al estar el agua del Dique tan baja se podía
correr a buen ritmo. Después la vuelta es por toda una parte interna de la isla,
tendrá un kilómetro o menos esa parte de la isla en total. Hay un sendero que te
raspa mucho las piernas. Aunque me quedan unos raspones de ese dia. Al salir de
la isla me la cruzo a Elisa Forti otra
vez, y le doy aliento. Venía acompañando, se ve que no corre sola, por la dudas
para que nada le suceda. Recuerden al acompañante de Elisa que va a ser
importante en un rato, veo a uno del staff, donde bromeo y le digo que lo peor
ya paso. Vaya tino tengo yo para decir la cosas!!. Solo quedaba el último tramo la vuelta por la
orilla y un poco de monte.
Poco pude apreciar el recorrido en este momento, por lo difícil del recorrido, muy embarrado y
con mucha precaución. Pero se avanzaba lento pero seguro. Terminaba la carrera
y empezaban mis vacas, empezaba mi descanso.
Y llega la última parte de monte casi finalizando la
carrera. El GPS decía que iban 10k faltaban casi 3k. Es donde empiezo a ver a
gente que vuelve. A gente que no quería seguir.
Había gente con picaduras de abejas y se negaban a pasar. Yo pensaba, serán una
o dos, no pude ser tanta la cosa. Había un médico de la organización atendiendo
a los que picaban. Decían de ir por
otro camino.vi que unos que se mandaron
y se escucharon gritos pero que supuestamente
pasaron bien.
En mi cabeza repetía algo que había escucha en Tandil, “recuerden
que no van a ganar la carrera, que somos amateurs que tenemos que volver a casa
o la oficina al dia siguiente”. “No nos queramos hacer los héroes”. De haberme
escuchado…. No estaría en esta pesadilla, escuchate a vos mimo de vez en
cuando, aunque con las revoluciones a mil por hora, en medio de la carrera, es
difícil. No tenia miedo de nada en ese momento, estaba envalentonado y quería
pasar.
Se mandaron 3 o 4, unas abejas no hacen daño, me decía a mí
mismo, corro mas rápido y listo. Y encaramos a donde estaban las abejas. Era un
enjambre entero atacaban a diestra y siniestra a quienes pasaban, el zumbido
era estremecedor, se te enredaban en el pelo, no se iban. Habrán sido 2 o 3
minutos de correr por desesperación,
para salir de ese lugar Las sentía en toda la cabeza, al querer sacarlas me
tropiezo con un alambrado que estaba a ras de piso, no lo vi caí. Y caí mal, tenía
dolor y mucho, pero las abejas seguían y no podía quedarme a analizar lo
sucedido. Tenía que levantarme rápido y seguir corriendo. Hasta que llegamos a
un arroyo y no había mas abejas. Pero algo andaba mal en mi mano. Justo donde
tenia la vincha para secarme a traspiración, era un dolor tremendo, como nunca.
Me decía, para mi adentros. Es un esguince fuerte. Que gran medico hubiese sido
con ese diagnóstico, esto lo digo con ironía. El dolor era tan grande que no podía
ni salir del arroyo donde estaba. Tuve que pedir ayuda a los chicos con los que
nos habíamos metido.
Avanzamos y mi dolor en la mano era cada vez era peor. Habré
corrido roto, unos 500 metros y no podía mas del dolor y con el miedo de no
saber qué tan grave sería. Llegamos a un descampado, y había uno que me ayudo,
me decía que faltaban 2k. Que lo mas directo era ir por el camino de asfalto.
Pero había una familia con un auto, un niño que estaba atrás y me acercaron a
la llegada para que me vieran los médicos. Lo primero que hicieron es un
cabestrillo con vendas. La organización se acercó y me llevó urgente al
hospital. No estaba solo, estaba junto
con el que había ganado los 30k, pero no estaba para yo hablar de la carrera en
ese momento. Éste se había caído en el k2 y corrió 28k sangrando en la pera. Lo llevaban al hospital
para sutura. 2 o tres puntos creo que le hicieron.
De la caída recuerdo poco y nada. Recuerdo la desesperación,
no recuerdo si quise poner las manos para no caerme con la cara, o si mi cuerpo
cae sobre el brazo. Me parece que sucedó lo segundo, y por eso me rompo. Solo
recuerdo que tenia que levantarme rápido, para seguir corriendo y escapar de
las abejas.
En el hospital vimos a muchos corredores ser atendidos por las
picaduras de las abejas, yo alguna que otra tenia. Pero mi problema era otro…. Muchas personas
eran alérgicas, sin saberlo, hasta ese dia.
Les dieron cortisona o algo
parecido.
Yo aguadaba impaciente, al mas grave lo atendieron último y
el dolor que tenia era cada vez mayor. Esa guardia estaba colapsada. Quería que
me atendieran lo antes posible pero tenía que esperar. Me revisaron y me derivaron
a hacerme una radiografía. Me dieron una inyección para el dolor y calmó algo, el calor que
tenia era impresionante. En algún momento pensé que me desmayaba. Por suerte no
y me aguanté el dolor como un campeón.
Para mis adentros me decía que no era nada. La radiografía
la hacían a dos cuadras de allí. Y teníamos que esperar a la radióloga. Pero ya
al ver mi brazo/mano te dabas cuenta de que estaba rota. Quería esperar y
quería ser optimista con el diagnostico. Llega la radióloga y me hace la placa
y ve lo roto q tenía el brazo. Fractura de cúbito y radio había que enyesar al menos ese dia y quizás
operación.
Y me llevaron a rio tercero. La sorpresa fue que el
traumatólogo también corrió la carrera y era uno de los mejore traumatólogos de
rio tercero. A la vez fue el que acompañaba a Elisa en la carrera, al mismo que
me había cruzado al volver de la isla. Revisó las placas al costado de la ruta
y me llevo al consultorio de rio tercero. Todo vestido de corredor aun, con el
calor cansancio transpiración. Pero ya la carrera había pasado a un segundo plano. Cuando te rompes y es
grave, como que vas cayendo de apoco. Mira las placas y ve lo roto que estaba y
con la mirada ya me decía que no me salvaba de la operación que estaba jodida
la cosa. Yo, que nunca fui operado de
nada, ni yeso tuve nunca, nunca una lesión, nada. Me tocaba a mi estar lesionado.
Y me recomendaba el doctor volver lo antes posible a Buenos Aires. Porque era
mas fácil, sobretodo por el post operatorio, mas si estaba sólo allá en
córdoba.
Estando lejos es muy difícil todo, imagínense sólo en un
lugar remoto teniendo q volver de urgencia, con una mano rota. Eso rondaba por
mi cabeza a esa altura y la verdad algo nervioso me puso la situación.
Me enyesó y acomodó
algo el brazo y tuve desde ese momento, menos dolor en el brazo. Se ve que
circulaba mejor la sangre. Además me dio unos calmantes y me llevó nuevamente a
Almafuerte que se encuentra a 16 kilómetros de Rio Tercero. En ese lugar remoto
de córdoba, con los organizadores de la carrera, que me llevarían nuevamente al
hotel. Ni me importó que me dieran la medalla de la carrera. No cruce la llegada
corriendo, pero la recibí igual. Al menos la tengo como recuerdo, ingrato
recuerdo pero recuerdo al fin, no todo en la vida son rosas y las rosas tienen
espinas ya veces, si no se tiene el debido cuidado, te pinchan.
En todo momento estuve tranquilo, en todo momento estuve
acompañando y contenido. Ya eran pasadas el medio dia, pensaba que había
perdido el celular y que no haba dicho nada en casa y a esa altura estarían
preocupados. El celular lo encontré en hotel entre mis cosas. Lo había dejado
cuando fue a buscar la credencia de la obra social.
Ahora tenía que resolver otra cuestión: Cómo avisaba esto en
casa? Había enviado un mensaje desde el hospital diciendo: “ atención, atención”,
sabían de que algo me había pasado. Y entre los ir y venir, no les había podido
avisar nada. Era como la una de la tarde. A quién llamo a mamá o papá? Mama fue
al ultima que me llamó, pero se va a asustar, mejor llamo a papá que es médico y
va a entender. Llamo a papa, me atiende y les digo lo que paso. Una cagada todo,
pero estaba bien, lo que les remarque era que estaba bien. Y era la verdad. Asumiendo
eso con entereza y siendo certeros en los pasos próximos a dar.
Esa tarde pude dormir un rato, el sol radiante, un dia para
guardar. Desperté y fui a cambiar el pasaje
que me llevara a la ciudad de córdoba de vuelta. Había que hacer el camino
inverso. Lo pude cambiar para la primera hora del dia lunes y de allí tenía que
cambiar el pasaje de avión, eso ya sería mas difícil, pero había que intentarlo.
Fue difícil acostumbrarme a bañar con un brazo, sobretodo
cuando llegué al hotel después de la carrera, pude lavarme, enjuagarme, etc,…
menos el brazo roto.
Esa misma noche jugaba Boca en córdoba, uno a uno con
Belgrano, merecimos ganar, solo vi un tiempo y fui a comer. Tenía un hambre
voraz. Pero todo lo que me gustaba, había que córtalo y no podía usar el brazo
roto. Pedí pastas y no tenían, qué suerte la mía. Pedí algo que no tenga que
cortar y me cortaron la comida como a los chicos. Qué vergüenza!!!. Pero no me
dio tanta vergüenza sabiendo que estoy en un lugar con tan buena hospitalidad.
Y tratan muy bien a los turistas.
Al lugar, donde fui a comer, me crucé a uno de la carrera,
lo reconocí, porque habíamos hablado. Me había preguntado qué me había pasado,
cómo estaba y cómo seguía eso. Yo, con la cara le decía todo. Ahí estaba en el medio
de la nada y con el brazo roto. Casi que estaba para volverme en un avión
sanitario, el humor sigue intacto al menos.
A la madrugada se llovió todo, lluvia eléctrica y por momentos era torrencial. Que no llueva
cunado tenga que ir a la terminal, lo único que pedía. Y no llovió por suerte.
Demorado, como de costumbre, el micro que iba a córdoba, se hizo largo llegar
la terminal. Me senté donde había lugar y pude dejar el bolso. Hora y pico en
ese bus, incomodo. Llegaba a córdoba y tenía que ir al aeropuerto a cambia el pasaje
de avión. Otros 40 minutos, apurado, no estaba. Pero era imposible de cambiar,
el pasaje, para ese dia. Casi que me miraron raro cuando lo pedí. Asique me
quedaba esperar un dia mas y volver en avión al dia siguiente, o volver en micro. Y fui decidido por la
segunda opción. Vi al micro de Boca cuando iba al aeropuerto de córdoba, demorado
por las tormentas. Vaya novedad Ezeiza y Aerparque estaba imposible ese dia.
Que leche la mia.
40 minutos después estaba en la terminal de ómnibus otra
vez, ya era casi el mediodía . No conseguí pasaje tampoco. Ese fin de semana
había sido el Cosquin Rock y todos
volvían también. Lo que conseguí fue un pasaje, que recién salía a las 22:30, y
que llegaba a Buenos Aires a las 8am del
martes. Tenía que pasarme todo el dia allí dentro, ni una me salía ese dia. 9
horas varado en la terminal de ómnibus. Si hubiese sido en el aeropuerto era
mas tranquilo imagino, por el movimiento de ir y venir de gente.
Pero no, con mi bolso a cuestas y mi mochila y mi brazo roto,
tenia que pasar las horas allí. Caminando, cambiando de lugar y tomando los
calmantes. Dormitando por momento, la ansiedad
crecía a medida que llegaba la hora de la partida, que parecía interminable. Ni
pude leer nada ese dia, porque me era incómodo hasta sacar los anteojos. Sólo quería dormirme en el micro, recostarme después
de la jornada extensa en el que deje que transcurrieran la hora.
Que hago allí? En el medio de lo que van vienen y, como
dije, mucho movimiento después de lo que fue el Coquin Rock. o lo que quedaba
de ellos.
Fui contando de poco lo que me había pasado a los de mi
trabajo que enseguida se preocuparon por mi, son grande personas. Que momento incómodo
para uno que quiere pasar desapercibido. No hacer mucho ruido, perfil bajo,
ahora era yo que me tocaba ser protagonista de esta historia. Sabia que era
grave esto, que afectaría en mi trabajo, que me metí en un lio y del que hay
que salir. Esta vez soy el problema, siempre digo que si uno no es el problema,
al menos tiene que ser parte de la
solución.
Iba a ser una fiesta,
vacaciones, descanso y terminó siendo una pesadilla de visita a médicos. Porque
no son vacaciones, si fuesen vacaciones no estaría encerrado en casa como preso
todo el dia, se los aseguro. Y para uno
que le gusta salir, estar al aire libre todo el tiempo, todo esto es un
suplicio.
Como en los juegos de antes y uno era manager del un equipo,
soy baja por casi 2 meses, Injury.
Otra sorpresa fue que en el transcurso del dia, también
recibí el llamado de los organizadores de la carrera, para ver como seguía, y
siguieron llamando para ver cómo andaba. También están pendientes de la
recuperación.
El viaje de vuelta fue un desastre, el asiento estaba roto,
el respaldo, no funcionaba y viajé incomodísimo. El aire acondicionado del
micro estaba muy fuerte, tuve uno de los peores frío que sentí en mucho tiempo.
De terror el viaje.
Llegue a Buenos Aires y ni bien llegado fui a la prepaga.
Alli, me hicieron nuevas placas y fui a ver al especialista para programar la
operación, todo de urgencia. Llevo una semana de la operación y con una
ferretería metido en el brazo, recuperándome lentamente.
Qué difícil fue escribir esto, no solo porque recién estoy
empezando a usar los deditos de la mano afectada, por el yeso también y sobre
todo, porque lo reviví contándolo.
Dificilísimo fue rememorarlo.
No se cómo será la vuelta en el trabajo, me deben querer
matar por lo que me pasó. Hoy tengo que
pensar en recuperarme bien, después se verá.
Me parece mentira haber tenido que pasar por el quirófano y
contar todo lo sucedido. A veces quisiera que sea un sueño, pero no lo es. Uno
es dueño de sus acciones hoy tengo que hacerle caso a los médicos para volver
lo antes posible y bien. Hoy es una lenta y dolorosa recuperación y lo
importante es volver bien, incluso mejor que antes.
Salvo esto, a mis redes sociales no subí nada de la
fractura, solo que me estoy recuperando. No me gusta mendigar lastima entre conocidos.
Solo cosas buenas subo.
Cada uno es como es y
exterioriza lo que le pasa de la manera que le sale. Por eso preferí este
medio.
No me gusta exteriorizar desgracias por las redes sociales y quizás por
eso me extendí demasiado en este relato en primera persona.
Seguramente cuando
todo se vaya acomodando y mejore, publicaré lo sucedido. Pero sin golpes bajos,
pero ya en vías de solución.
….huevo y corazón para la recuperación…
.... Señor juez, señor juez, algo para acotar acarca de Córdoba
.... Señor juez, señor juez, algo para acotar acarca de Córdoba
Dato que había olvidado de comentar, esto de escribir después
de un tiempo, es como reabrir un caso cerrado, sentenciado. No soporto leerme,
de vuelta. Pero tenia la necesidad de que este dato estuviera dentro de esta
historia. Fue en Córdoba, en los Cocos específicamente, misma provincia, donde
cuando fui con el colegio de campamento donde una bicicleta me atropella y me
da un fuerte golpe del brazo izquierdo, no se rompió aquella vez de casualidad,
el golpe había sido bastante fuerte, la bici venia en velocidad, en bajada y yo
esperado que pase o al menos frene. Tuve
la mala suerte que no frenó y yo estando parado, me lleva puesto. Me levantó
como sorete en pala, si se me permite la expresión. Moretón tremendo me quedó,
por varios días.
Escribo campamento y me acuerdo de aquella época, la del colegio primario, no tendría
mas de siete u ocho años cuando sucedió eso. Campamento, dormir en carpa,
cantimplora, nos preparábamos como para ir a la guerra. Explorar de noche, con
linternas era todo una aventura. Ya lo campamentos quedaron allí en donde los
recuerdos de la infancia guardan lugar. Lo recuerdo ya con cierta nostalgia de
algo que difícilmente se repita, me refiero a eso de ir de campamento,
disfrutaba mucho esos fines de semana que organizaba el colegio e íbamos con el
curso a esa expedición, una vez al año lo organizaban y te marcaban a fuego
esas experiencias. Fin de semana sin tele, aislado de todo y sin la familia, con
los compañeros del curso. Es en cierta medida, sin la inocencia que tenía en
ese momento, lo que vivo los fines de semana de carrera, fuera de capital
(Tandil, Cordoba, Mendoza, Santa Rosa, Puerto Madryn, Mar del Plata).
Hoy la organización depende uno, la logística la inscripción
y la aventura está en la carrera, la excusa perfecta para esa aventura es
correr. Las carpas, hoy son hoteles de cierta comodidad. Quizás las carreras
son eso, irme de campamento, pero con
edad para disfrutarlo. Correr y viajar tiene ese encanto que me lleva a mi
infancia.
Nada eso, quería, escribirlo, no suma nada a lo del brazo
sino a lo que fue mis historia en esa provincia hace mucho tiempo atrás.
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