Un raro sucedo ocurrió en el balcón de casa por estos días.
Bien no sé que me llamo atención, pero la situación me lleno de ternura y luego
dolor.
Pasó que le cayó una paloma en la balcón de casa, quizá con un
ala rota no lo sé, lo cierto es que algo le impedía volar. Pinchón era,
caminaba de lado a lado buscando una salida. Hasta ahora normal todo. Lo que me
enterneció fue que los padres del pichón se acercaban a darle de comer por
entre las rejas. Le traía comida y le daba de comer como una madre normal. Era
conmovedor ver esa situación. Y me
detengo aquí a reflexionar en lo sabia que es la naturaleza y el comportamiento
de instinto maternal sea cual sea la especie. Tal vez como dice Dolina, medio en broma ,
medio verdad: “una madre siempre es madre.”
Lo cierto que la imagen de ver lo que hacía esa madre por su
hijo generaba ternura y a la vez dolor.
Dolor por no poder ayudarlo, salvo ponerle pan y agua cerca. Pasaron los días el
pajarito seguía allí, de un lado para el otro, la imagen se repetía. Con la madre
se comunicaban con el lenguaje de ellos el pio, pio característico… y se
llamaban, se hablaban.
Esta situación se repitió por una semana. El pichón
lamentablemente feneció en el balcón, no pudo salir.
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