Aprovecho a escribir hoy que tengo todo fresco, porque mañana
me empiezo a deprimir o amargar la semana. Como la semana pasada que había
terminado el Duatlón, con todas las pilas y al dia siguiente, algo salió mal y
después el martes otra cosa salió mal y suplicaba que la semana terminara. Fue
de mayor a menor. Con toda la confianza
arrancamos y sin nada de confianza llegadito el viernes.
Pero me desvié del tema, Duatlón que era lo que quería y necesitaba
contar. Para qué o para quién? No lo sé. Solo por el hecho de compartir la
experiencia. Quizás por el simple hecho que me gusta escribir y encuentro
escusas para escribir, momentos buenos que a uno le suceden. Vivir momentos,
disfrutar de los momentos al máximo, ese es
el objetivo. Y cuando uno se entrega y pone el cuerpo, es protagonista,
ya sean carreras de lo que sea correr, bici, nado, uno es protagonista por el
hecho de participar, aunque no gane.
Pero me desvié otra vez del tema. Podría empezar por la
preparación. Ya al ponerse como objetivo un Duatlón, sabe uno de antemano que
hay otra disciplina, en este caso la bicicleta. Bicicleta que tantos dolores de
cabeza que nos dio desde que la compré. Sí tuve problemas, la compré a nueva y
casi que desde que me la compré tuve que hacerle ajustes para ponerla a punto.
Casi de hacerla a nueva. Este año recién pude obtener un rendimiento acorde a
lo que esperaba cuando la compré. Cinco años
llevó esta puesta a punto. Siempre mi apuesta es a largo plazo, y siempre esas
a puestas terminan a la larga rindiendo sus frutos. Porque bien podría haberla
vendido, que hubiese sido el camino mas fácil pero no somos así, somos de esos
cabeza dura que cuando encaramos algo vamos. Lo fácil no entra dentro de
nuestro diccionario, siempre vamos por el camino difícil. Y eso conlleva
armarse de paciencia y bancarse los momentos duros.
De verdad estoy contando la experiencia del Duatlón? La
respuesta es sí pero podría aplicar para cualquier aspecto de mi vida, trabajo,
facultad, amistades(¿?).
La idea de anotarme había nacido el año pasado, lo venía siguiendo, y como fue cuando
me anoté en la primer carrera, sentimos la misma sensación. Nos preguntamos y nos respondimos mentalmente:
si podes correr, tenes una bici que
funciona, entonces por qué no?
No habíamos entrenado mucho durante este año, el verano había sido muy bueno, la
bici respondía bastante bien, y cuando viajamos a Mendoza, tuvimos la
oportunidad de andar en bici, pero de
paseo y sin cambios, pero pudimos hacer cuestas. Quizás eso haya servido de parámetro siemrpe
pensado o teniendo como objetivo el Duatlón. Hubo que comprar el casco, obligatorio,
que tan incómodo no es y a pesar de que es anti estético. Tuvimos muchos miedos
de hacer papelones, por eso tal como fue para la carrera de Tandil, que aquella
vez practicamos muchas cuestas, trabajamos siempre a conciencia, apuntando al
objetivo principal. Estar a la altura.
Nervios tuve toda la semana previa y el dia anterior a la
carrera. Quedé conforme con la preparación, casi que pude dormir poco y
nada.
Llegue temprano, había mucho barro y no porque haya llovido,
sino por la rotura de un caño el dia anterior. Con los cual hubo que modificar
el circuito. Dejé la bici en parque cerrado, ya eso era extraño, deja rla bici,
confiársela a alguien. Cuando la dejé fui uno de los primeros, y mi bici estaba
esplendida, brillaba. Todavía era de noche, dado que el amanecer en invierno siempre es mas lento,
a pesar de que no había frio. Hicimos una tibia pero efectiva entradita en
calor, escuchamos con atención la charla técnica que para uno que empieza con
algo nuevo siempre son importantes ese tipo de detalles. Me anoté en la
distancia corta, esto consiste en una vuelta de 3 kilómetros corriendo, 20 kilómetros
en bici y 3 kilómetros corriendo. Algo simple, correr lo tenemos, en bici
quizás cueste un poco, de antemano, pensaba.
Largamos y al ser una carrera al comienzo de 3 kilómetros
salimos fuerte, rápido, total descansamos en la bici (error). Terminamos lo mas
bien, tenia miedo de no encintrar la bici en el parque cerrado (me encanta
decir parque cerrado, es como profesional, como los autos, solo para
corredores, como acceso solo personal autorizado o deportistas de elite).
Agarramos la bici y salimos los pedos, quería primero poder
dar una vuelta, andar por Figueroa Alcorta, es lo máximo, son pocas las veces
que se puede ir tan rápido por esos lugares, y la verdad era un billar la
calle. Acelerar, rómpela toda de arranque, sacarme todo lo que tenia guardado,
al fin y al cabo a eso fuimos. Con especial cuidado en la curvas dado que los
profesionales tienen prioridad. Por eso las curvas, que eran pocas las hacía
bien abiertas para no chocar con nadie. Terminamos la primer vuelta y cuando
terminas una, querés otra vuelta, y ya costaba mantener el ritmo, nunca mantuve
durante tanto tiempo seguido ese ritmo,
que para mi, que no estoy habituado a esa velocidad. Ya en la tercera vuelta
las piernas empezaron a quemar, sintieron el esfuerzo, estaba conforme porque
era la parte que mas me preocupaba. Estaba satisfecho, pero con poco resto para
lo que quedaba. Habían quedado atrás los 3 k corriendo, 20 k en bici y tocaba
dejar la bici y dejar todo en la corrida final de 3k. Ya al bajarme de la bici
la piernas estaban cansadas. Sabíamos que iba a costar esa transición, eso
habíamos averiguado. Costó mucho mas de lo que pensamos. Íbamos en cámara
lenta, pero mucho mas lento de que creímos, no podíamos ir mas rápido, porque
las piernas no respondían ya. Nunca pudimos recuperar el ritmo, ni cerca del
ritmo de los primeros 3k estuvimos. Y veíamos cómo nos pasaban los corredores
de elite, como si los normales fuésemos conitos, una velocidad, no les
afectaron las vueltas en bici. Sin piernas y casi sin aire, terminamos, lento,
pero terminamos. Al no poder ir con auriculares, esta vez no tenia mucha referencia
del tiempo que llevaba. Grande fue mi sorpresa al ver, el reloj de llegada una
hora veinte minutos. Pensé que iba a terminar la prueba en una hora cuarenta
minutos. Con lo cual quedé absolutamente conforme con la primer performance en
duatlón. El esfuerzo aunque en el momento no lo sentí mucho, en la semana, mi
cuerpo me lo hizo notar, pero me estoy adelantado, esa será historia para la próxima
carrera. La cuestión será practicar
transiciones para la próxima y lograr un ritmo constante durante mas tiempo en
la bici.
Al terminar y ver que faltaban muchos corredores por
terminar, me sentina como mis primeras carreras que hice, en las de 5 o 4 kilómetros,
exhausto sin poder reprocharnos nada.
Pero a la vez faltaban llegar muchos de la distancia larga. Terminas mucho
antes que el resto y te da la sensación que terminaste antes de los que
hicieron la larga, pero tu carrera era otra.
Terminé la carrera con la sensación de deber cumplido, de no
haberme guardado nada. Que la experiencia fue altamente positiva. Que ya
sabemos de lo se trata y que de ahora en mas podemos tener altibajos, pero fue
el punto de partida y lo que venga de acá en mas sólo será para mejorar lo ya
hecho.
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