miércoles, 29 de abril de 2020

Como dos extraños - Calamaro



Hablemos de sexo,
Que mal me caen esas personas que hablan de sexo, con  un nivel de moralidad de “yo cogedora” como si se la creyeran las mejores en la cama, que cabalgan como locas. No dudo de la fogosidad. Que mal suena ese término. De esas personas insaciables en la cama. Una loba. De esas que te piden mas y mas. Y eso me encanta.

Lo que me molesta es ese nivel de superioridad ante esa situación, incomprobable en una intimidad. El tono, me molesta mucho. Como si tuvieran la verdad absoluta en el tema. Cuanta leche le falta diría sin caer en la grosería, quedó pésimo esto último, pero no me importa, queda.
Y a no ser de que sea una orgia de muchos, por mas que cuente lo que hace, es muy difícil averígualo, asi que los que muchos hablan…

Y esa superación con la que hablan, no les creo, o bien permítanme dudar.

Puede ser que en estas cuarentena no deje de pensar en ella?

Todo el tiempo, la única persona con la quiero pasar el resto de mis días, imaginar un futuro, y compartir momentos es solo con ella. Y tiene nombre propio. Una cara un cuerpo.

Hasta me imagine besándola con tapabocas puesto, en todo momento, si me imagino estar con alguien, es con ella. Y no es perfecta, lo sé, hasta me cae mal cuando hablo porque no entiende ni jota de lo que dice. Siento que nadie va a lograr entenderme.

Y la como conexión humana,  no es la mejor, pero es la única que hay. Hasta cierto punto nunca logro tener la confianza de decirle las coas, porque está ese freno de que prefiere a otra persona y ella elije ser segunda que primera. Felices por ellos. Mientras yo ni de descarte.