miércoles, 23 de marzo de 2022

Capítulo 21K New Balance - Buenos Aires 2022



Hoy me duele todo, después de haber vuelto a correr una carrera de 21K. Después de 3 años, mi última carrera de 21k había sido los 21k de Buenos Aire en agosto del 2019. Es increíble como pasa el tiempo, ese paréntesis que se hizo entre el 2020 y el 2021, Como que nos quitaron un año de vida año, un año perdido, un año que nos robaron y de a poco vamos a ir recuperando y retomando mas o menos el ritmo que veníamos antes de la pandemia. En realidad, aun no la pasamos, la estamos transitando y aprendimos a vivir con ese bicho dando vueltas. 

21k es una distancia larga, entrenado vengo. Esa distancia la hizo el sábado pasado en entrenamiento, pero es muy distinto entrenar que en competencia. En carrera vos lo das todo, en entrenamiento es más distendido, paro en los semáforos, sino me pisan los autos y tomo algún que otro descanso en el Vial Costero de Vicente López. 


Hablando de Vicente López, mi primera media maratón fue justamente alli pero en 2016, Y tuve las mismas l dudas que tuve aquella vez de no saber llegaba. Porque después de 3 años uno no sabe cómo vas a volver, si el cuerpo va a responder, pero confiaba en la preparación y visualizarme llegando. 


Tengo dolores musculares que hace mucho no tenia, esos dolores de cansancio en las piernas y eso significa que no me quede con nada, lo deje todo, mas no podía. Que sabíamos que estábamos con lo justo, que no sobraba nada, por eso había que ser cautos, que teníamos que ser conservadores al comienzo y ver hasta cuando nos daba la nafta. 


Contar que la semana me cuidé como nunca, comí bien, yogures y nada de galletitas o meriendas que te llena con grasas malas al organismo, me limpié y fui purificando al cuerpo. 


Vengo arrastrando una molestia traicionera, en le soleo que creo yo, se debe a la forma de pisar. No sabía hasta donde llegaría y no sabía si ese dolor en algún momento se agravaría. Por suerte nada de eso sucedió, simplemente se debe a  las zapatillas nuevas. 



Además de cuidarme en las comidas también mantuve el cuerpo activo y eso también fue clave. Para no perder forma física. trabajos livianos con algo de fuerza. 


Es una carrera que me había inscripto en 2020, 2 años desde que me anoté increíble. Porque se puede posponer unos meses, pero 2 años parece de ciencia ficción. Lo mal que nos hizo el parate, tanto encierro y soledad, que te acostumbras a eso a estar aiskado. hay que empezar a salir otra vez. 



La largada fue a las 7 AM del domingo, por suerte relativamente vivo cerca del lugar de largada, unos 15 minutos en auto. Para llegar bien salí de casa a las 5:30 y llegar, como me gusta, una hora antes. Llegar temprano para aflojar ansiedades y distender la cabeza. 


Pensaba: “Que ganas hay que tener para levantarse un domingo a las 5am!!” y la verdad es que casi no dormí ese dia, pero sí en dia anterior, lo cual es lo recomendable, 



Llegas y todavía era de noche, das una vuelta y ves el Rio de la Plata con un amanecer estupendo, asomando a lo lejos, los primeros rayos de sol. Increíblemente lo pude reflejar en una fotos fotos. 


Esa sensación de volver a correr una carrera es imposible de describir en palabras para alguien que no corre. Lo vas sintiendo de a poco, cuando vas caminando y ves es peregrinación de gente que se va acercando a la carrera, como una religión, van a misa.  


Mis primeras sensaciones, de arranque, fueron buenas, hice un trote lento y sentía que volaba. Las piernas estaban picantes, estaban a punto y querían más. Hice una buena entradita en calor, paulatina de menor a mayor. 

  

A media que se acercaba la hora de largada, el dia iba aclarando mas y mas. Me acomodé en el corral que me correspondía, con barbijo. Lo seguiré usando por más que me miren raro y se me caiga a cada rato. Mientras mas atrás estaba, mejor era, si al fin de cuentas no voy a ganar, y que por mas adelante que estuviera, mas me iban a pasar. Por eso lo tengo asumidísimo, mi objetivo de carrera era primero llegar, terminar la carrera, después, no caminar y en muchos tramos casi llegando al final se me pasó por la cabeza. 


La carrera empieza con todo el tumulto de gente que te hace mas lento el arranque. Yo quería despegar quería, volar, quería comerme esa pista el vial costero, que tanto conozco. Son unos 2 kilómetros de ida y otros 2 de vuelta, sobre la misa recta. A 2 cuadras de las oficinas de mi nuevo trabajo. Es increíble pase tan seguido por esas oficinas y nunca haya entrado como empleado, cosa de la nueva normalidad. 

Lleve auriculares, fundamental para los fondos largos y carreras largas, y los puse recién al kilómetro 5, porque la adrenalina del comienzo fue bajando y vas quedando solo y vas encontrando el pelotón que te va a acompañando hasta el final. 


Llegas al puesto de hidratación y tomo solo agua. Repartían algo como un jugo que nadie agarraba, ni nadie tomaba, al parecer, no era bebida isotónica. Ese detalle no estuvo del todo bueno, porque uno está acostumbrado a las verdaderas bebidas, que a mi entender son 2 y ninguna estaba alli. Incorporar algo que no sabés como te va a caer en el estómago es un riesgo, que esa atura de la carrera no estás dispuesto a correr. 

La idea era hidratarse bien, casi hasta vaciar la botellita, punto a favor, porque antes daban vasito y se derramaba todo. Mas adelante también dieron geles de hidratación que tome con mucha agua. Fue en el kilómetro 10 eso, justos en el Parque de los Niños, donde en plena pandemia iba porque estaba cerrado es un camino recto, que cuando esta cerrado no va nadie por esos lados y es muy tranquilo, alejado de los autos y luces de la ciudad. Y a mi me sirvió para entrenar en esos momentos que no tenía nada para hacer. Momentos en que buscaba la reinvención que finalmente se dio.  


Mitad de carrera y mi carrera recién empezaba. Porque mi carrera personal empezaba allí. Sabía que estaba bien para unos 10 o 15 kilómetros que después iba a sufrirla. Habia que aguantar, lo que se venía. Y se venía una parte que bien conozco, la colectora Cantilo hasta el fondeo y Ciudad Universitaria, una parte de autopsitas aburrida, porque no hay nada. Es conocido ese tramo, porque suelo pasar algunas veces y conocer ese tramo, saber con lo que me voy a encontrar, me da confianza 


Y los kilómetros van pasando y el cansancio comienza a sentirse, la molestia en soleo va y viene. Distraer la cabaza en esos momentos es fundamental y ves a los automovilistas molestos porque no pueden pasar por allí, se los ve nerviosos. Los entiendo, pero hoy la calle es para quienes corren, esperen, estaba avisados que iban a cortar ese tramo. Recuerdo pasar casi todo ese tramo con una sonrisa, pero no por los automovilistas, sonriendo de poder correr, feliz de estar allí, corriendo. 


Todo el tiempo hacia chequeos mentales, estamos bien seguí así, dolor medio, aguantemos, aguantemos que vamos bien, sigamos así hasta el final, ¿llegas? Sí, me decía. Pensaba cuánto quedaba y el camino que se venía. 

Al kilómetro 15 se me da por controlar el reloj con el kilometraje de la carrera, y coincida. Tantas veces renegué de que estaba mal calibrado, pero no mentía, era verdad, el que andaba descalibrado era yo. Claramente me falta físico, no ando fino, poco a poco lo vamos a ir calibrando y enderazando las cosas. 


 Venía la parte mas difícil y cada vez quedaban menos corredores a mi alrededor. Imoprta quedar ultimo? Lo que importa intentarlo. 


Venía por la Avenida Libertador y se veía el descontento de los automovilistas de no poder pasar la Vial Costero, peor que los de la autopista, los de la autopista al menos frenaban y esperaban, aca hay semáforos se complica cruzar. Tal vez el comienzo de la carrera tendría que haber iniciado por esa zona y no el tramo final. Básicamente porque un carril era de los corredores y querían pasar, se escuchaban muchos bocinazos de malestar. Por eso me concentré en la música que venía escuchando. Gran banda Los Pérez García, las letras de todas las canciones increíbles, me llegan y me pegan fuerte. 


Veo a una persona medio tambalear y le pregunto cómo viene y me dice que bien, pero no andaba bien, por suerte se acercaron a ayudarlo los de la organización. 


Vuelta al Vial Costero, la misma recta que al comienzo no era nada, ahora se había transformado en una distancia interminable de 2 Kilómetros. No era nada, pero costó horrores, no llagaba mas, estaba cansado, no podía mas. No pude hacer lo que hacía, siempre terminar mejor de lo que empezaba. no quedaban fuerzas, no quedaba nada.  mi famoso sprint final no pudo ser esta vez. 


Estuve solido al comienzo me fui quedando, hubo cosas buenas y otras por mejorar. Siempre es positivo. Desde el arranque sabia para qué estaba. Hubo momentos que me medía para ver cómo estaba.  Por momentos, me decía internamente, alcanza a tal persona, alcanza a tal o cual y la alcanzo. Era el kilómetro 10 u 11 y verdaderamente sentí que podía acelerar, después me fui quedando. 


Lo sensacional de cruzar la línea de llegada es indescriptible, es una explosión de sensaciones que te llenan el alma. Y llegaste y no es solo el objetivo cumplido, es el desafío que te propusiste lo alcanzaste y llegaste con o que tenías. Siempre con armas nobles, en una carrera llena de espíritu y ganas de mejorar. 

Llegas, recibís la medalla, hoy duele todo del ombligo para abajo. El cansancio es extremo que hace mucho no sentía. Hasta volvieron las ampollas, que hacia tiempo no tenia y es espectacular explotarlas y salga agua.


En uno de los últimos puestos de hidratación me dice agarrá la botella que te va a traer suerte, y la verdad me trajo suerte. me quedo con lo bueno. 


Otra vez correr me rescata de ostracismo de la oscuridad de los que me hace mal y mostrándome que hay cosas buenas de la vida. Cosas que verdaderamente te hacen bien, que ver amaneceres como los que viste, no son cosas de todos los dias y estuviste ahi para ser testigo. la maravilla de la naturaleza de un hecho tan simple, estar allí, te llena y te conmueve, la carrera es una anécdota. mas.