lunes, 11 de octubre de 2010

Derrota

Derrota, mi derrota, mi soledad y mi aislamiento:

Para mí eres más valiosa que mil triunfos,
y más dulce para mi corazón que toda la gloria mundanal.

Derrota, mi derrota, mi conocimiento de mí mismo y mi desafío.
Tú me has enseñado que soy joven aún y de pies ligeros
Y a no dejarme engañar por laureles vanos.
Y en ti he encontrado la dicha de estar solo
y la alegría de ser alejado y despreciado.

Derrota, mi derrota, mi fulgurante espada y mi escudo:
en tus ojos he leído
que ser entronizado es ser esclavizado,
y que ser comprendido es ser derribado.
Y que ser apresado es llegar a la propia madurez.
Y como un fruto maduro, caer y ser consumido

Derrota, mi derrota, mi audaz compañera:
oirás mis cantos, mis gritos y silencios
y nadie más que tú me hablará del batir de alas.
De la impetuosidad de los mares
y de montañas que arden en la noche,
y sólo tú escalarás mi inclinada y rocosa alma.

Derrota, mi derrota, mi valor indómito inmortal,
tú y yo reíremos juntos con la tormenta,
y juntos cavaremos tumbas para todo lo que muere en nosotros,
y hemos de erguirnos al sol, como una sola voluntad.
Y seremos peligrosos.

Khalil Gibran

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