miércoles, 2 de agosto de 2017

Experiencia Duatlón




Aprovecho a escribir hoy que tengo todo fresco, porque mañana me empiezo a deprimir o amargar la semana. Como la semana pasada que había terminado el Duatlón, con todas las pilas y al dia siguiente, algo salió mal y después el martes otra cosa salió mal y suplicaba que la semana terminara. Fue de mayor a menor. Con  toda la confianza arrancamos y sin nada de confianza llegadito el viernes.

Pero me desvié del tema, Duatlón que era lo que quería y necesitaba contar. Para qué o para quién? No lo sé. Solo por el hecho de compartir la experiencia. Quizás por el simple hecho que me gusta escribir y encuentro escusas para escribir, momentos buenos que a uno le suceden. Vivir momentos, disfrutar de los momentos al máximo, ese es  el objetivo. Y cuando uno se entrega y pone el cuerpo, es protagonista, ya sean carreras de lo que sea correr, bici, nado, uno es protagonista por el hecho de participar, aunque no gane. 

Pero me desvié otra vez del tema. Podría empezar por la preparación. Ya al ponerse como objetivo un Duatlón, sabe uno de antemano que hay otra disciplina, en este caso la bicicleta. Bicicleta que tantos dolores de cabeza que nos dio desde que la compré. Sí tuve problemas, la compré a nueva y casi que desde que me la compré tuve que hacerle ajustes para ponerla a punto. Casi de hacerla a nueva. Este año recién pude obtener un rendimiento acorde a lo que esperaba cuando la compré.  Cinco años llevó esta puesta a punto. Siempre mi apuesta es a largo plazo, y siempre esas a puestas terminan a la larga rindiendo sus frutos. Porque bien podría haberla vendido, que hubiese sido el camino mas fácil pero no somos así, somos de esos cabeza dura que cuando encaramos algo vamos. Lo fácil no entra dentro de nuestro diccionario, siempre vamos por el camino difícil. Y eso conlleva armarse de paciencia y bancarse los momentos duros.

De verdad estoy contando la experiencia del Duatlón? La respuesta es sí pero podría aplicar para cualquier aspecto de mi vida, trabajo, facultad, amistades(¿?).

La idea de anotarme había nacido  el año pasado, lo venía siguiendo, y como fue cuando me anoté en la primer carrera, sentimos la misma sensación.  Nos preguntamos y nos respondimos mentalmente:  si podes correr, tenes una bici que funciona, entonces por qué no?

No habíamos entrenado mucho durante  este año, el verano había sido muy bueno, la bici respondía bastante bien, y cuando viajamos a Mendoza, tuvimos la oportunidad de andar en bici, pero  de paseo y sin cambios, pero pudimos hacer cuestas.  Quizás eso haya servido de parámetro siemrpe pensado o teniendo como objetivo el Duatlón. Hubo que comprar el casco, obligatorio, que tan incómodo no es y a pesar de que es anti estético. Tuvimos muchos miedos de hacer papelones, por eso tal como fue para la carrera de Tandil, que aquella vez practicamos muchas cuestas, trabajamos siempre a conciencia, apuntando al objetivo principal. Estar a la altura.

Nervios tuve toda la semana previa y el dia anterior a la carrera. Quedé conforme con la preparación, casi que pude dormir poco y nada. 
Llegue temprano, había mucho barro y no porque haya llovido, sino por la rotura de un caño el dia anterior. Con los cual hubo que modificar el circuito. Dejé la bici en parque cerrado, ya eso era extraño, deja rla bici, confiársela a alguien. Cuando la dejé fui uno de los primeros, y mi bici estaba esplendida, brillaba. Todavía era de noche, dado que  el amanecer en invierno siempre es mas lento, a pesar de que no había frio. Hicimos una tibia pero efectiva entradita en calor, escuchamos con atención la charla técnica que para uno que empieza con algo nuevo siempre son importantes ese tipo de detalles. Me anoté en la distancia corta, esto consiste en una vuelta de 3 kilómetros corriendo, 20 kilómetros en bici y 3 kilómetros corriendo. Algo simple, correr lo tenemos, en bici quizás cueste un poco, de antemano, pensaba.

Largamos y al ser una carrera al comienzo de 3 kilómetros salimos fuerte, rápido, total descansamos en la bici (error). Terminamos lo mas bien, tenia miedo de no encintrar la bici en el parque cerrado (me encanta decir parque cerrado, es como profesional, como los autos, solo para corredores, como acceso solo personal autorizado o deportistas  de elite).

Agarramos la bici y salimos los pedos, quería primero poder dar una vuelta, andar por Figueroa Alcorta, es lo máximo, son pocas las veces que se puede ir tan rápido por esos lugares, y la verdad era un billar la calle. Acelerar, rómpela toda de arranque, sacarme todo lo que tenia guardado, al fin y al cabo a eso fuimos. Con especial cuidado en la curvas dado que los profesionales tienen prioridad. Por eso las curvas, que eran pocas las hacía bien abiertas para no chocar con nadie. Terminamos la primer vuelta y cuando terminas una, querés otra vuelta, y ya costaba mantener el ritmo, nunca mantuve durante tanto tiempo  seguido ese ritmo, que para mi, que no estoy habituado a esa velocidad. Ya en la tercera vuelta las piernas empezaron a quemar, sintieron el esfuerzo, estaba conforme porque era la parte que mas me preocupaba. Estaba satisfecho, pero con poco resto para lo que quedaba. Habían quedado atrás los 3 k corriendo, 20 k en bici y tocaba dejar la bici y dejar todo en la corrida final de 3k. Ya al bajarme de la bici la piernas estaban cansadas. Sabíamos que iba a costar esa transición, eso habíamos averiguado. Costó mucho mas de lo que pensamos. Íbamos en cámara lenta, pero mucho mas lento de que creímos, no podíamos ir mas rápido, porque las piernas no respondían ya. Nunca pudimos recuperar el ritmo, ni cerca del ritmo de los primeros 3k estuvimos. Y veíamos cómo nos pasaban  los corredores  de elite, como si los normales fuésemos conitos, una velocidad, no les afectaron las vueltas en bici. Sin piernas y casi sin aire, terminamos, lento, pero terminamos. Al no poder ir con auriculares, esta vez no tenia mucha referencia del tiempo que llevaba. Grande fue mi sorpresa al ver, el reloj de llegada una hora veinte minutos. Pensé que iba a terminar la prueba en una hora cuarenta minutos. Con lo cual quedé absolutamente conforme con la primer performance en duatlón. El esfuerzo aunque en el momento no lo sentí mucho, en la semana, mi cuerpo me lo hizo notar, pero me estoy adelantado, esa será historia para la próxima carrera.  La cuestión será practicar transiciones para la próxima y lograr un ritmo constante durante mas tiempo en la bici.
Al terminar y ver que faltaban muchos corredores por terminar, me sentina como mis primeras carreras que hice, en las de 5 o 4 kilómetros, exhausto  sin poder reprocharnos nada. Pero a la vez faltaban llegar muchos de la distancia larga. Terminas mucho antes que el resto y te da la sensación que terminaste antes de los que hicieron la larga, pero tu carrera era otra.

Terminé la carrera con la sensación de deber cumplido, de no haberme guardado nada. Que la experiencia fue altamente positiva. Que ya sabemos de lo se trata y que de ahora en mas podemos tener altibajos, pero fue el punto de partida y lo que venga de acá en mas sólo será para mejorar lo ya hecho.

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