sábado, 2 de marzo de 2019

Vuelta Dique Moras 2019 Cordoba


Todavía no estoy en condicione de escribir ni nada. Y no salió bien la cosa, para nada bien. Como escribir esto, si no  la terminé la carrera? Spoiler: Salió mal.

Cuantas cosas para contar… y cuánto tiempo para escribir, leer,  releer y expresarme acerca de lo sucedido.

Y sin empiezo por el final? Y si mejor empiezo cronológicamente contado, como se fueron sucediendo los hechos? Elijo la última, pero muchos de los q empezaron a leer se pierden el desenlace o el final de la historia.

Cuando estaba en Almafuerte, mi idea era escribir mis días alla, en Cordoba. Narrar las vacas. Dios q difícil es escribir con una sola mano. Ups un adelanto ya di. Decía de contar mi estadía en córdoba, por la experiencia  de viajar. Viajar para correr siempre tiene un gusto  especial. Es distinto a las carreras de calle. Esto lo dije muchas veces lo sé.

Vamos en orden cronológico. Y si llegan a leer todo sabrán lo q me pasó.

Me pedí vacas,  del 11 al 15. Siempre me tomo licencia en función de alguna carrera, y la de Almafuerte Cordoba es la primera q hice de aventura en2016.  Por eso es especial para mi y siempre tengo ganas de hacerla, por ahora solo los 13K. En algún momento haré la de 30k y sé que será difícil. Es una carrera muy dura, no se debe subestimar. Los que creen q es fácil, se equivocan. Porque tiene mucho desnivel, arena,  todo lo que un carrera de aventura tiene q tener.
Qué difícil es describir o narrar acerca de una carrera que no terminé.

Pero vamos por paso a paso.

Viernes comienzo de mis vacas. Mis tan ansiadas vacaciones.

Sábado, decido viajar en avión ida y vuelta, (recordemos que no hay micro directo a Almafuerte). Lo sea primero tenía que hacer era llegar a Córdoba y de ahí, tenía que a ir tomar un micro de córdoba capital a  Almafuerte.  Entonces viajé temprano a córdoba el dia sábado. Ya en el viaje no iba todo bien. Hubo mucha turbulencia y no pudieron servir bebidas ni nada. Igual era un viaje corto de una hora y pico nomas. Suficiente para dormir un rato.

Al llega compré la Red Bus( pero en realidad es azul la tarjetita, ok chiste para quien lo entienda, ok lo explico, Red rojo en ingles, y si pones red de redes bus, ambas en ingles o las dos en castellano al menos, sino se presta a confusión). Acabo de perder a los pocos que seguían leyendo con esta explicación.

De Córdoba es la Sube de allá. Te lleva de aeropuerto a la terminal d ómnibus en 40 minutos aprox. Gran servicio tienen, hasta  para poner las valijas y viajar cómodos.

Llegué a la terminar de ómnibus y me fui a desayunar. Y de fondo se escuchaba: Vine hasta aquí- Los Piojos y el  “…fue lo mejor que  me pudo pasar en el viaje…”. Así me recibe Córdoba con esa canción tan emblemática de los piojos. Cuando arrancas vacas como que no te importan cosas que en el resto del año no te bancas. Ni el niño que venía atrás en el avión llorando o que me moviera el asiento me importó, si  hasta pude dormir algo, ni la turbulencia importó. En el avión íbamos por las nubes, ni arriba, ni abajo, en el medio de las nubes. Y pensaba si viene un avión de frente te lo llevas puesto, no lo ves. Igual hay radares, pienso yo, para que no choquen en el aire, eso lo  supongo, pero estamos en argentina. Eso si, las horas en el aviones son con la de los hospitales, no se pasan mas. No se me puede ocurrir algo mejor que hospitales?  …Y la verdad que no, no tengo otra manera de explicar que los minutos el aire se pasan mas despacio. Como si miraras por la ventanilla y ves que no avanzas, pero vas rápido.

Bueno, volviendo a mi relato. Subo al micro que me lleva a Almafuerte y de entrada veo a chicos que corren la carrera. No eran los comunes, no señores eran los guías de los no videntes mas conocidos como los Ojos de Águila. Y los conocía bien, porque los había visto en otras carreras y de verlos en los video del Colo, también en la radio con Lucho Runner. Sabia bien quienes eran. Al ser una carrera chica sabía que me los cruzaría  varias veces mas. Era el famoso “pájaro” y la mismísima Elisa Forti los que viajaban en ese micro. Sí, la abuela que corre. 83 años y correr, un ejemplo de vida. Con la cual pude cruzar unas palabras, mas tarde en la charla técnica. Una celebridad. Todo el mundo se saca fotos con ella. Pude notar el respeto y la admiración con que la tratan y ella lo toma todo tan natural, que dan ganas de abrazarla y seguir corriendo. Como me decía el ecuatoriano que me cruce en la charla: ojalá primero llegar a los 83 y después, si se puede, en estado para correr como ella.

Dormí buena parte del viaje, tenía mucho sueño. Casi llegando a Almafuerte pude cruzar y hablar un poco ellos. Soy bastante tímido, cuesta iniciar conversaciones, y les comenté q era la tercera vez q la hacía y les daba algunas recomendaciones. Yo? Qué recomendación puedo dar? Ninguna, pero les dije lo difícil que era,  de  las subidas y bajadas complicadas en el monte. De lo complicado que es la primer parte entre la arena y las piedras. Al final, el pájaro, me terminó contando que el Colo quiere que le de una charla, porque el Colo va a ser guía de Martín Kremenchuzky en la Maraton  de Londres. Sin dudas un desafío va ser  para el colo, porque va a tener que seguirle el ritmo a Kremenchuzky.  Que para los que no lo conocen, es no vidente y hipoacúsico y no sé cuántos iroman tiene en su haber. O sea, el tipo no ve, ni escucha y nada, corre y anda en bci… impresionante. El tipo está entrenando y el colo va a tener que seguirle el ritmo. Y el “pájaro” ,a mi modo de ver,  es el mejor guía a de la argentina. Les habla todo el tiempo, todo el tiempo da indicaciones. Increíble lo que hace, hay que verlo  en acción para tomar real dimensión de lo que hace. Sobre todo gran persona.  La causa es sensacional.

Llegamos a la terminal y nos despedimos con la promesa de vernos otra vez el dia de la carrera.
Voy al hotel, que solo queda a unas cuadras de aquella terminal. Todo queda cerca en ese lugar. Quería llegar para dormir en una cama. Así lo hice, llegué al hotel y me tiré a dormir. Tuve mucho calor, es verdad, y me molestaban mucho los autos y las motos que pasaban por el ruido que hacían. En 2016 me había pasado lo mismo, es un tanto ruidosa esa calle. Dormí cerca de 2 o 3 horas. Y me predispuse a ir a buscar el kit de la carrera e ir a la playita y meter un rato los pies en el agua. No era dia de ir nadar, dado de que como iba a pasar la semana allí, tenia tiempo para una zambullida o varias después de correr todo transpirado. Bajo las escaleras y me sentía como en casa, el dueño durmiendo la siesta en el sillón, cosas que suceden en el interior. Dentro de toda la humildad del lugar, el cual conocía del 2016, la buena hospitalidad fue excelente del minuto cero. Y son cosas que uno no está tan acostumbrado. Fui con la remera del 2016, con lo cual, todo el mundo sabía que corría. Es un gran acontecimiento para ese lugar, la carrera, se llena de runners, conmociona la tranquilidad del legar. Sumale que todos son super educados y te saludan por la calle, a quién se le pase por delante. Cosas que no se ven en la cuidad. Tan simple como el respeto por el otro, dios mío dónde quedó todo eso? Allí en Almafuerte, lugar donde me hace creer que no todo esta perdido.  Es un lugar al que quiero volver siempre. Como digo siempre, es una ciudad detenida en el tiempo.

Busqué el kit y tomé mate en la playa, es un placer ese lugar, para mi, un paraíso. Me probé la remera y me quedaba perfecta. Fui al mismo lugar donde voy  siempre a a tomar sol. Alejado y tranquilo y descansé con las piernas en el agua. Hacía calor y me arrepentí de no haber llevado malla. Hubiese sido lindo nadar o meterme un rato para refrescarme. Leí, escuche música…. Por ese tramo pasaría la carrera al dia siguiente y pude probar el terreno. Los primeros 2 kilómetros es por la arena y es un tramo que te consume mucha energía, te desgasta mucho de entrada. Sumado al calor que hacía el sábado,  iba a ser una carrera complicada desde el comienzo. Buena decisión ir por los 13k. Todavía no estoy para los 30K, como le comentaba al pájaro, que me preguntó por qué no hago los 30k. Le dije que era por preparación, dado que como hice el Cruce de Tandilia el mes pasado, y me preparaba para los 27k de Tandil del mes que viene. Y que  además como estoy de vacas quería correr esos días para prepararme.  De otro modo, muero de embole y si no puede recorrer ese magnifico lugar y seguir descubriéndolo. Lugares que no veo todos los días en esta ciudad de la furia. Todo es tan tranquilo allí….

Hice tiempo, hasta las 20 horas y me acerque donde era la charla técnica, mismo lugar del año pasado. Es increíble que al no haber edificios altos, había todavía sol. Siempre digo que es bueno estar presente en dicha charla. Que te dan tips a tener en cuenta. Te muestran los puntos críticos del recorrido. Fue allí donde Elisa Forti se sienta delante mio y me atrevo a hablarle. Le pregunté cómo se sentía y me  dijo que el mes pasado había hecho el Cruce de los Andes y todavía andaba recuperando  de una dolencia. Me decía que no había podido terminarla por esa misma dolencia, y la organización, atinadamente, hizo que entregara las medallas en la llegada del domingo.  Es increíble las ganas que tiene esa señora, la actitud positiva y el entusiasmo por vivir. Esa vitalidad, es raro  hasta verlo en jóvenes, que a veces los veo muertos  en vida y son tan jóvenes que  da pena verlos desperdiciar  así sus mejores años.

Es una celebridad, todo el mundo se saca fotos con ella. Fue cuando  me puse a hablar con un ecuatoriano que había venido por la correr, esto ya lo comenté me parece. En fin, admiración total por Elisa.

Lo vi al “pájaro” y le pregunté cuanto corría, me dijo que 30k, siendo  guía. Después pude ver unos videos que subió emocionado hasta las lágrimas por el paisaje y unas cascadas que presentaba el recorrido. Pensaba en la movida del “pájaro” de ayudar a los no videntes en las carreras, pero en realidad no sé quien ayuda a quién.

A Elisa la hicieron decir unas palabras motivadoras y termino diciendo que el llegar a cruzar el arco de llegada es una sensación indescriptible ( y cuánta razón tiene ) y que disfrutemos de lo que hacemos.

Ya era hora de volver al hotel. No sé si ponerme la remera del 2016, me dio confianza para saludar mucha gente sin miedos, ni titubeos.

Volviendo al hotel pensaba: si estamos como el miércoles, volamos (ese dia había tenido un gran entrenamiento) y puede ser una gran carrera. Pero quiero disfrutar del viaje… “Fue lo mejor que me pudo pasar en el viaje” , repetía en mi mente.  

4 hojas y todavía no empezó la carrera. Los pocos que llegaron hasta aca leyendo, se deben haber dormido o aburrido ya.

Fui a comer y el lugar donde fui estaba lleno de runners. Tuve que comer carne dado que los runners,  que habían llegado antes, arrasaron con todo. Y la verdad estaba todo muy rico. Livianito me sentía y me predisponía a dormir un poco aunque siempre es difícil antes de cada carrera.

Costo mucho conciliar el sueño, pero pude dormir. Me desperté a las 6 AM y bajé a desayunar a las 6:30 para llegar a la carrera a las 7 am. Preparé todo para que no me faltara nada y no tener que dejar mochila.  Ir con lo justo y necesario, como vengo haciendo en las últimas carreras. Todo esto, para terminar la carrera, volver al hotel a bañarme y volver a la premiación y lo sorteos.

Fui caminando, esa caminata que sirve para mentalizarse, para concentrase, para meterse de lleno en la carrera. Y los días de carrera son especiales, te levantas con otra expectativa, con ganas de liberar todo en la carrera. Hice un videíto que envié a mi familia contando las sensaciones y como estaba el dia.





Caminaba y  el dia era increíble un amanecer que no es el mismo que en la ciudad. Ves en el horizonte, el sol  asomando a lo lejos. Ese sol rojizo que ilumina el cielo lentamente. También hacía calor, ya a esa hora. Saludé a unos chicos que volvían del boliche después de haber tomado bastante, hasta bromeamos un poco. Al menos era alcohol y no por otras sustancias.

Llegué, hice el reconocimiento previo y había poca gente. Era lógico porque los que corrían 30k habían largado a las 8hs. Bien la organización en ese tema, sino se hace muy largo todo y algunos terminan llegando muy tarde y son los que mas reconocimiento se merecen.

Había inscriptos cerca de 700 personas, es  una carrera que crece cada año. Es un lugar me gusta mucho y lo descubrí por las carreras, no hay chance que fuese por otro motivo, ni en otras circunstancias.    Se respiraba otro aire, de tranquilidad y de quietud en esa inmensidad. A lo lejos las montañas. Y en el medio ese dique increíble, el menos contaminado de córdoba. Debe ser que no está contaminado  porque no es muy conocido.

Hice calentamiento, probé la arena como  gladeador se prepara para la batalla, que poético, donde habré escuchado eso? Empezó a haber mas gente y se fue armando la carrera, con un marco increíble. La sensación era que quería que arrancara la carrera, estaba ansioso, mas ansioso que otras veces. Estaba donde quería estar y en la carrera que quería hacer. Y tenía que disfrutarla.

La carrera la había pensado de esta manera. Primera etapa de arena 3 k, después monte, cruzamos  a la isla, vuelta por la  orilla, un poco de monte y llegada. Así tenía en mi cabeza la carrera de antemano, tal como habían sido las dos veces anteriores. Que lo mas difícil estaba en la primera parte y la segunda parte se hace con el resto que le queda a uno en el tanque…. Equivocado como siempre, lo mas difícil estuvo al final.


Largamos con todo, fui fuerte, lo voy a reconocer, el GPS dijo marcaba 4 minutos el kilomento y en la arena, tremendo. A diferencia del año pasado, no había un charco para pasar a los pocos metros de empezar, por lo cual estábamos secos andando por la arena. Lo difícil arena que te  hace desgastar mucho, se te hunde el pie y haces mas fuerza. Pensaba, qué bueno, lo voy a poder hacer en la semana, lindo recorrido al lado del agua  y viendo las montañas de lejos. Paisajes envidiables, sobre todo por la calma y tranquilidad. Una tensa calma, pensaba. Esa tensa calma de que algo esté por suceder o la calma que antecede al huracán. Pero no me quiero adelantar. Avanzaba y mi pasos, si bien eran firmes, con algunos resbalones por la arena, avanzaba a buen ritmo. Tropecé un par de veces. Pero nada grave.

Llegamos a una parte plana, que la reconocía de las veces anteriores. A buen criterio de la organización, poner la parte de sogas pasando el kilómetro 5, donde ya hay una decantación de corredores y no se hace tanto embudo. Con lo cual, esto hizo mas ágil la carrera, igual hubo que estar parados unos 5 minutos, casi llegando a la tan ansiada isla. Era el kilómetro 5, porque vi el GPS en el celu. El cual encendí para ver el recorrido,  nunca lo hago. Esta vez lo hice porque  quería ver el recorrido para después analizarlo y poder pasar nuevamente por allí, pero solo.

Algunos, como pasa siempre, se creen que se la saben todas, informándoles a los que corrían  5 kilómetros, que tenían que volver, que lo de 5 k ya tenían que dar la vuelta hace rato. Grande fue la sorpresa cuando subimos el monte y estaba el cartel informando que allí y no antes, tenían que dar la vuelta. Tal vez eso e puede mejorar poniendo cintas por cada recorrido, porque siempre hay problemas en ese recorrido.

Pensaba:  ya mitad de la carrera, venía en buen ritmo, no me sentía cansado, pero sí había transpirado mucho.  Tenía que aprovechar a tomar agua las botellita el cinturón. Pero era difícil, muchos desniveles, y es lo que da sentido a la aventura.

Ayudar y te ayudan, todo lo que das, después te vuelve. Eso es lo que veo en estas carreras, mucha camaradería.  Para los alambrados u ayuda en cada tramo difícil de la carrera. Ya antes de la llegada a la isla, estaba el único puesto de hidratación. Me hidraté y seguí, con ansias y sin perder mucho tiempo, aunque hacía mucho calor y a la sombra estábamos bien, daban ganas de quedarse allí. Quería pasar a la isla y que el agua me llegara a la cintura,  como en año pasado. Pero grande fue mi desilusión al ver que no había tanta agua esta vez. Los tanques de agua de alrededor apenas si se tapaban, solo fue un poco de barro. Obvio que me enchastré la zapas y estaba pesado. Todo el este recorrido me resultaba muy familiar, recordaba lo difícil que me había resultado en 2016. Casi sólo iba, en ese entonces, por aquella isla y hasta terminar la carrera. No había corredores en aquella oportunidad por esos lugares ya. Fue allí, en el paso, a la isla donde estaban los fotógrafos, y es donde estoy saludando con el puño apretado izquierdo en alza, como todo un guerrero. Brazo izquierdo arriba  y me detengo allí, aún estaba entero, aún era carrera, aun disfrutaba. Así lo muestran las fotos.

Paso a la isla. Y lo difícil era ir por la orilla, con las piedras, hay lugares por donde no se puede correr y hay que ir despacio y con cuidado, andaba algo cansado. Pero al estar el agua del Dique tan baja se podía correr a buen ritmo. Después la vuelta es por toda una parte interna de la isla, tendrá un kilómetro o menos esa parte de la isla en total. Hay un sendero que te raspa mucho las piernas. Aunque me quedan unos raspones de ese dia. Al salir de la isla me la cruzo a  Elisa Forti otra vez, y le doy aliento. Venía acompañando, se ve que no corre sola, por la dudas para que nada le suceda. Recuerden al acompañante de Elisa que va a ser importante en un rato, veo a uno del staff, donde bromeo y le digo que lo peor ya paso. Vaya tino tengo yo para decir la cosas!!.  Solo quedaba el último tramo la vuelta por la orilla y un poco de monte.

Poco pude apreciar el recorrido en este momento,  por lo difícil del recorrido, muy embarrado y con mucha precaución. Pero se avanzaba lento pero seguro. Terminaba la carrera y empezaban mis vacas, empezaba mi descanso.

Y llega la última parte de monte casi finalizando la carrera. El GPS decía que iban 10k faltaban casi 3k. Es donde empiezo a ver a gente que  vuelve. A gente que no quería seguir. Había gente con picaduras de abejas y se negaban a pasar. Yo pensaba, serán una o dos, no pude ser tanta la cosa. Había un médico de la organización atendiendo a   los que picaban. Decían de ir por otro camino.vi que unos  que se mandaron y se escucharon gritos pero que  supuestamente pasaron bien.

En mi cabeza repetía algo que había escucha en Tandil, “recuerden que no van a ganar la carrera, que somos amateurs que tenemos que volver a casa o la oficina al dia siguiente”. “No nos queramos hacer los héroes”. De haberme escuchado…. No estaría en esta pesadilla, escuchate a vos mimo de vez en cuando, aunque con las revoluciones a mil por hora, en medio de la carrera, es difícil. No tenia miedo de nada en ese momento, estaba envalentonado y quería pasar.

Se mandaron 3 o 4, unas abejas no hacen daño, me decía a mí mismo, corro mas rápido y listo. Y encaramos a donde estaban las abejas. Era un enjambre entero atacaban a diestra y siniestra a quienes pasaban, el zumbido era estremecedor, se te enredaban en el pelo, no se iban. Habrán sido 2 o 3 minutos de correr por  desesperación, para salir de ese lugar Las sentía en toda la cabeza, al querer sacarlas me tropiezo con un alambrado que estaba a ras de piso, no lo vi caí. Y caí mal, tenía dolor y mucho, pero las abejas seguían y no podía quedarme a analizar lo sucedido. Tenía que levantarme rápido y seguir corriendo. Hasta que llegamos a un arroyo y no había mas abejas. Pero algo andaba mal en mi mano. Justo donde tenia la vincha para secarme a traspiración, era un dolor tremendo, como nunca. Me decía, para mi adentros. Es un esguince fuerte. Que gran medico hubiese sido con ese diagnóstico, esto lo digo con ironía. El dolor era tan grande que no podía ni salir del arroyo donde estaba. Tuve que pedir ayuda a los chicos con los que nos habíamos metido.

Avanzamos y mi dolor en la mano era cada vez era peor. Habré corrido roto, unos 500 metros y no podía mas del dolor y con el miedo de no saber qué tan grave sería. Llegamos a un descampado, y había uno que me ayudo, me decía que faltaban 2k. Que lo mas directo era ir por el camino de asfalto. Pero había una familia con un auto, un niño que estaba atrás y me acercaron a la llegada para que me vieran los médicos. Lo primero que hicieron es un cabestrillo con vendas. La organización se acercó y me llevó urgente al hospital. No estaba solo, estaba  junto con el que había ganado los 30k, pero no estaba para yo hablar de la carrera en ese momento. Éste se había caído en el k2 y corrió 28k  sangrando en la pera. Lo llevaban al hospital para sutura. 2 o tres puntos creo que le hicieron.

De la caída recuerdo poco y nada. Recuerdo la desesperación, no recuerdo si quise poner las manos para no caerme con la cara, o si mi cuerpo cae sobre el brazo. Me parece que sucedó lo segundo, y por eso me rompo. Solo recuerdo que tenia que levantarme rápido, para seguir corriendo y escapar de las abejas.

En el hospital vimos a muchos corredores ser atendidos por las picaduras de las abejas, yo alguna que otra tenia.  Pero mi problema era otro…. Muchas personas eran alérgicas, sin saberlo, hasta ese dia.  Les dieron  cortisona o algo parecido.

Yo aguadaba impaciente, al mas grave lo atendieron último y el dolor que tenia era cada vez mayor. Esa guardia estaba colapsada. Quería que me atendieran lo antes posible pero tenía que esperar. Me revisaron y me derivaron a hacerme una radiografía. Me dieron una inyección  para el dolor y calmó algo, el calor que tenia era impresionante. En algún momento pensé que me desmayaba. Por suerte no y me aguanté el dolor como un campeón.

Para mis adentros me decía que no era nada. La radiografía la hacían a dos cuadras de allí. Y teníamos que esperar a la radióloga. Pero ya al ver mi brazo/mano te dabas cuenta de que estaba rota. Quería esperar y quería ser optimista con el diagnostico. Llega la radióloga y me hace la placa y ve lo roto q tenía el brazo. Fractura de cúbito y radio  había que enyesar al menos ese dia y quizás operación.

Y me llevaron a rio tercero. La sorpresa fue que el traumatólogo también corrió la carrera y era uno de los mejore traumatólogos de rio tercero. A la vez fue el que acompañaba a Elisa en la carrera, al mismo que me había cruzado al volver de la isla. Revisó las placas al costado de la ruta y me llevo al consultorio de rio tercero. Todo vestido de corredor aun, con el calor cansancio transpiración. Pero ya la carrera había pasado  a un segundo plano. Cuando te rompes y es grave, como que vas cayendo de apoco. Mira las placas y ve lo roto que estaba y con la mirada ya me decía que no me salvaba de la operación que estaba jodida la cosa.  Yo, que nunca fui operado de nada, ni yeso tuve nunca, nunca una lesión, nada. Me tocaba a mi estar lesionado. Y me recomendaba el doctor volver lo antes posible a Buenos Aires. Porque era mas fácil, sobretodo por el post operatorio, mas si estaba sólo allá en córdoba.

Estando lejos es muy difícil todo, imagínense sólo en un lugar remoto teniendo q volver de urgencia, con una mano rota. Eso rondaba por mi cabeza a esa altura y la verdad algo nervioso me puso la situación.

Me enyesó y  acomodó algo el brazo y tuve desde ese momento, menos dolor en el brazo. Se ve que circulaba mejor la sangre. Además me dio unos calmantes y me llevó nuevamente a Almafuerte que se encuentra a 16 kilómetros de Rio Tercero. En ese lugar remoto de córdoba, con los organizadores de la carrera, que me llevarían nuevamente al hotel. Ni me importó que me dieran la medalla de la carrera. No cruce la llegada corriendo, pero la recibí igual. Al menos la tengo como recuerdo, ingrato recuerdo pero recuerdo al fin, no todo en la vida son rosas y las rosas tienen espinas ya veces, si no se tiene el debido cuidado, te pinchan.

En todo momento estuve tranquilo, en todo momento estuve acompañando y contenido. Ya eran pasadas el medio dia, pensaba que había perdido el celular y que no haba dicho nada en casa y a esa altura estarían preocupados. El celular lo encontré en hotel entre mis cosas. Lo había dejado cuando fue a buscar la credencia de la obra social.

Ahora tenía que resolver otra cuestión: Cómo avisaba esto en casa? Había enviado un mensaje desde el hospital diciendo: “ atención, atención”, sabían de que algo me había pasado. Y entre los ir y venir, no les había podido avisar nada. Era como la una de la tarde. A quién llamo a mamá o papá? Mama fue al ultima que me llamó, pero se va a asustar, mejor llamo a papá que es médico y va a entender. Llamo a papa, me atiende y les digo lo que paso. Una cagada todo, pero estaba bien, lo que les remarque era que estaba bien. Y era la verdad. Asumiendo eso con entereza y siendo certeros en los pasos próximos a dar.

Esa tarde pude dormir un rato, el sol radiante, un dia para guardar. Desperté y  fui a cambiar el pasaje que me llevara a la ciudad de córdoba de vuelta. Había que hacer el camino inverso. Lo pude cambiar para la primera hora del dia lunes y de allí tenía que cambiar el pasaje de avión, eso ya sería mas difícil, pero había que intentarlo.

Fue difícil acostumbrarme a bañar con un brazo, sobretodo cuando llegué al hotel después de la carrera, pude lavarme, enjuagarme, etc,… menos el brazo roto.

Esa misma noche jugaba Boca en córdoba, uno a uno con Belgrano, merecimos ganar, solo vi un tiempo y fui a comer. Tenía un hambre voraz. Pero todo lo que me gustaba, había que córtalo y no podía usar el brazo roto. Pedí pastas y no tenían, qué suerte la mía. Pedí algo que no tenga que cortar y me cortaron la comida como a los chicos. Qué vergüenza!!!. Pero no me dio tanta vergüenza sabiendo que estoy en un lugar con tan buena hospitalidad. Y tratan muy bien a los turistas.

Al lugar, donde fui a comer, me crucé a uno de la carrera, lo reconocí, porque habíamos hablado. Me había preguntado qué me había pasado, cómo estaba y cómo seguía eso. Yo, con la cara le decía todo. Ahí estaba en el medio de la nada y con el brazo roto. Casi que estaba para volverme en un avión sanitario, el humor sigue intacto al menos.

A la madrugada se llovió todo, lluvia eléctrica  y por momentos era torrencial. Que no llueva cunado tenga que ir a la terminal, lo único que pedía. Y no llovió por suerte. Demorado, como de costumbre, el micro que iba a córdoba, se hizo largo llegar la terminal. Me senté donde había lugar y pude dejar el bolso. Hora y pico en ese bus, incomodo. Llegaba a córdoba y tenía que ir al aeropuerto a cambia el pasaje de avión. Otros 40 minutos, apurado, no estaba. Pero era imposible de cambiar, el pasaje, para ese dia. Casi que me miraron raro cuando lo pedí. Asique me quedaba esperar un dia mas y volver en avión al dia siguiente,  o volver en micro. Y fui decidido por la segunda opción. Vi al micro de Boca cuando iba al aeropuerto de córdoba, demorado por las tormentas. Vaya novedad Ezeiza y Aerparque estaba imposible ese dia. Que leche la mia.

40 minutos después estaba en la terminal de ómnibus otra vez, ya era casi el mediodía . No conseguí pasaje tampoco. Ese fin de semana había sido el Cosquin Rock  y todos volvían también. Lo que conseguí fue un pasaje, que recién salía a las 22:30, y que llegaba a Buenos  Aires a las 8am del martes. Tenía que pasarme todo el dia allí dentro, ni una me salía ese dia. 9 horas varado en la terminal de ómnibus. Si hubiese sido en el aeropuerto era mas tranquilo imagino, por el movimiento de ir y venir de gente.

Pero no, con mi bolso a cuestas y mi mochila y mi brazo roto, tenia que pasar las horas allí. Caminando, cambiando de lugar y tomando los calmantes.  Dormitando por momento, la ansiedad crecía a medida que llegaba la hora de la partida, que parecía interminable. Ni pude leer nada ese dia, porque me era incómodo hasta sacar los anteojos.  Sólo quería dormirme en el micro, recostarme después de la jornada extensa en el que deje que transcurrieran la hora.

Que hago allí? En el medio de lo que van vienen y, como dije, mucho movimiento después de lo que fue el Coquin Rock. o lo que quedaba de ellos.

Fui contando de poco lo que me había pasado a los de mi trabajo que enseguida se preocuparon por mi, son grande personas. Que momento incómodo para uno que quiere pasar desapercibido. No hacer mucho ruido, perfil bajo, ahora era yo que me tocaba ser protagonista de esta historia. Sabia que era grave esto, que afectaría en mi trabajo, que me metí en un lio y del que hay que salir. Esta vez soy el problema, siempre digo que si uno no es el problema,  al menos tiene que ser parte de la solución.
Iba  a ser una fiesta, vacaciones, descanso y terminó siendo una pesadilla de visita a médicos. Porque no son vacaciones, si fuesen vacaciones no estaría encerrado en casa como preso todo el dia, se los aseguro. Y  para uno que le gusta salir, estar al aire libre todo el tiempo, todo esto es un suplicio.

Como en los juegos de antes y uno era manager del un equipo, soy baja por casi 2 meses, Injury.
Otra sorpresa fue que en el transcurso del dia, también recibí el llamado de los organizadores de la carrera, para ver como seguía, y siguieron llamando para ver cómo andaba. También están pendientes de la recuperación.

El viaje de vuelta fue un desastre, el asiento estaba roto, el respaldo, no funcionaba y viajé incomodísimo. El aire acondicionado del micro estaba muy fuerte, tuve uno de los peores frío que sentí en mucho tiempo. De terror el viaje.

Llegue a Buenos Aires y ni bien llegado fui a la prepaga. Alli, me hicieron nuevas placas y fui a ver al especialista para programar la operación, todo de urgencia. Llevo una semana de la operación y con una ferretería metido en el brazo, recuperándome lentamente.

Qué difícil fue escribir esto, no solo porque recién estoy empezando a usar los deditos de la mano afectada, por el yeso también y sobre todo, porque lo reviví contándolo.  Dificilísimo fue rememorarlo.

No se cómo será la vuelta en el trabajo, me deben querer matar por lo que me pasó.  Hoy tengo que pensar en recuperarme bien, después se verá.

Me parece mentira haber tenido que pasar por el quirófano y contar todo lo sucedido. A veces quisiera que sea un sueño, pero no lo es. Uno es dueño de sus acciones hoy tengo que hacerle caso a los médicos para volver lo antes posible y bien. Hoy es una lenta y dolorosa recuperación y lo importante es volver bien, incluso mejor que antes.

Salvo esto, a mis redes sociales no subí nada de la fractura, solo que me estoy recuperando. No me gusta mendigar lastima entre conocidos. Solo cosas buenas subo.
Cada uno es como es y  exterioriza lo que le pasa de la manera que le sale. Por eso preferí este medio. 

No me gusta exteriorizar desgracias por las redes sociales y quizás por eso me extendí demasiado en este relato en primera persona.

Seguramente  cuando todo se vaya acomodando y mejore, publicaré lo sucedido. Pero sin golpes bajos, pero ya en vías de solución.

….huevo y corazón para la recuperación…



.... Señor juez, señor juez, algo para acotar acarca de Córdoba

Dato que había olvidado de comentar, esto de escribir después de un tiempo, es como reabrir un caso cerrado, sentenciado. No soporto leerme, de vuelta. Pero tenia la necesidad de que este dato estuviera dentro de esta historia. Fue en Córdoba, en los Cocos específicamente, misma provincia, donde cuando fui con el colegio de campamento donde una bicicleta me atropella y me da un fuerte golpe del brazo izquierdo, no se rompió aquella vez de casualidad, el golpe había sido bastante fuerte, la bici venia en velocidad, en bajada y yo esperado que pase o al menos  frene. Tuve la mala suerte que no frenó y yo estando parado, me lleva puesto. Me levantó como sorete en pala, si se me permite la expresión. Moretón tremendo me quedó, por varios días. 

Escribo campamento y me acuerdo de aquella  época, la del colegio primario, no tendría mas de siete u ocho años cuando sucedió eso. Campamento, dormir en carpa, cantimplora, nos preparábamos como para ir a la guerra. Explorar de noche, con linternas era todo una aventura. Ya lo campamentos quedaron allí en donde los recuerdos de la infancia guardan lugar. Lo recuerdo ya con cierta nostalgia de algo que difícilmente se repita, me refiero a eso de ir de campamento, disfrutaba mucho esos fines de semana que organizaba el colegio e íbamos con el curso a esa expedición, una vez al año lo organizaban y te marcaban a fuego esas experiencias. Fin de semana sin tele, aislado de todo y sin la familia, con los compañeros del curso. Es en cierta medida, sin la inocencia que tenía en ese momento, lo que vivo los fines de semana de carrera, fuera de capital (Tandil, Cordoba, Mendoza, Santa Rosa, Puerto Madryn, Mar del Plata).

Hoy la organización depende uno, la logística la inscripción y la aventura está en la carrera, la excusa perfecta para esa aventura es correr. Las carpas, hoy son hoteles de cierta comodidad. Quizás las carreras son eso,  irme de campamento, pero con edad para disfrutarlo. Correr y viajar tiene ese encanto que me lleva a mi infancia.

Nada eso, quería, escribirlo, no suma nada a lo del brazo sino a lo que fue mis historia en esa provincia hace mucho tiempo atrás.









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