jueves, 12 de febrero de 2009

Bielsa el tiempo te esta dando la razón

Estoy absolutamente convencido de que la fama y el dinero son valores intrascendentes. Pasa que claro, nos los describen con un peso tan significativo que parecería imposible resistirse a valorarlos. Creo que el espíritu amateur, el amor hacia la tarea, es lo único que vuelve satisfactorio el tránsito por el trabajo; cuando observo de qué manera son descriptos hacia el público las celebridades, los ídolos, lamento muchísimo que se jerarquicen esos tipos de cosas, que se los describan millonarios, que se los describan famosos, que se los describan extraídos de la realidad social, fuera del contacto con la gente común. Sí estoy convencido de una cosa: fui feliz cuando disfruté del amateurismo, fui feliz cuando crecí enamorado de mi trabajo. Yo tengo un profundo amor por el fútbol, por el juego, por la esquina, por el baldío, por el picado, por la pelota. Y desprecio todo lo añadido, todo lo que le fueron agregando para convertirlo extrañamente en deseado. Para explicar un poquito mejor esto, sé que la alegría de un triunfo en un partido dura cinco minutos, termina el partido y hay una sensación de efervescencia, una sensación de la adrenalina al tope que genera excitación y felicidad. Pero son apenas cinco minutos y después hay un vacío enorme y grandísimo. Y una soledad indescriptible”.

“Los momentos de mi vida en los que yo he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que yo he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo de lo que trabajo porque quiero ganar cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando”.

“Encuentro en el país un exitismo acentuado, en el que parece que éxito y felicidad son como sinónimos. Recuerdo que en México, por ejemplo, felicidad y éxito son dos cosas diferentes”.


Por cuestiones personales que estoy vivendo, fracaso es no haberlo intentado y me estoy sintiendo igual que él como cuando quedamos afuera del mundial de 2002.

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